Hay recortes y recortes y el perpetrado por el Ayuntamiento de Eivissa con el Fons Pitiús de Cooperació es muy llamativo. Pasar de 220.000 euros al año a sólo 10.000 es una perfecta metáfora de hasta donde llega la incoherencia de la comunidad política de este país. Se trata del dinero de la cooperación al desarrollo y puede parecer lógico que estas partidas mengüen en tiempos como los actuales, pero en este caso la diferencia de un año para otro es tan importante que demuestra muy poca sensibilidad, por no decir ninguna, hacia los proyectos que esta organización ya tiene en marcha en varios países, es decir, hacia los más desfavorecidos, pues si bien es cierto que entre ambas cifras media un cambio de gobierno, no existe explicación coherente para una diferencia de tal magnitud. Las cosas no pueden estar tan mal en las arcas del Ayuntamiento y la prueba es que el dinero que cuestan los sueldos de los políticos que forman el equipo de gobierno y sus cargos de confianza no ha descendido en la misma proporción. La realidad, más bien, es que ni siquiera ha descendido, sino que ha aumentado ligeramente respecto a ejercicios anteriores. Pero este caso, el del Fons Pitiús, es sólo un ejemplo, uno de muchos, y no el más grave, ni mucho menos.

Recortes. Da la sensación de que todas las acciones de las numerosas administraciones e instituciones del Estado, de la más grande a la más pequeña, están encaminadas a legitimar la desigualdad, la injusticia y la impunidad, mientras las clases trabajadoras, narcotizadas, hemos olvidado que los derechos sociales no fueron un regalo sino el resultado de muchas décadas de lucha política. Ante injusticias tan flagrantes como las que se están padeciendo, solo los estudiantes y movimientos como el 15-M y Ocuppy Wall Street están sabiendo estar a la altura de las circunstancias. El resto tiene miedo. En la esfera política hace mucho que no se ven personas valientes. Los políticos despliegan una total dejación de sus funciones y dan por hecho que los únicos intereses que cuentan son los del capital. Son capaces de hundir a las clases medias con leyes como la actual reforma laboral y subidas de impuestos a los trabajadores mientras las fortunas, las medias y las grandes, disfrutan de su mejor momento con su dinero en paraísos fiscales ilegales o legales, exteriores o interiores. Entre los paraísos fiscales legales interiores, las famosas sicav (sociedades de inversión colectiva de capital variable), que tributan el 1% de sus beneficios. Entre 2005 y 2009 las sicav ganaron 8.068 millones de euros y por ellos pagaron al fisco 56,6 millones, según datos oficiales. En 2008, ya en plena crisis, declararon beneficios de 190 millones euros en el primer semestre, por los que tributaron 1,7 millones. Esta clamorosa vergüenza, creada y desarrollada por el PSOE, por ahora no ha sido tocada por el PP.

Mejorar. Un individuo que ha salido de la política activa tras unos cuantos años metido hasta el cuello se confiesa: «Ahora seré mejor persona». Seguro que sí, y yo añadiría que por fin podrá desarrollarse como individuo, porque en la actualidad los políticos más bien parecen autómatas mutantes capaces hasta de cambiar de color, según contexto.