Primera ejecutiva. La nueva dirección del PSOE ibicenco se reunió ayer por por la tarde por primera vez por espacio de tres horas. Se acabaron de distribuir algunas áreas y aprobaron adherirse a la huelga del día 29 contra la reforma laboral.

En la dirección del PSOE balear existe «muchísima preocupación» por la división entre críticos y renovadores que se visualizó en el II Congreso de la Federación Socialista de Eivissa (FSE) en el que resultó vencedor Pedro Campillo en una votación polémica que fue recurrida por los partidarios de Vicent Torres.
Isabel Oliver, secretaria de Organización del PSIB, recordó que la líder del PSOE en Balears, Francina Armengol, no acudió a la clausura del congreso para «mantener la neutralidad» y que ahora están esperando que Ferraz les dé directrices «para ver cómo se resuelve» la impugnación. «Ellos son los órganos competentes y tendrán que recabar la información», indicó Oliver, que confía en que haya una resolución «lo más justa y rápida posible» para que el partido trabaje «por aquello que les interesa a los ciudadanos, que es el paro y los recortes». Una de las posibilidades que hay es que se nombre una gestora, aunque también podría no estimarse ni siquiera la impugnación.
Oliver no conoce ningún precedente igual en España y no se quiso pronunciar sobre el quid de la cuestión, que es si la Mesa del II Congreso de la FSE podía aceptar la renuncia de un delegado de los críticos y sustituirlo por otro. Los renovadores entienden que ya había pasado el plazo y los críticos no.
Según la número dos del PSIB, todo esto habrá que estudiarlo y reconoció que la situación «no nos gusta». Cree también que habrá que hacer algún trabajo de «mediación» entre ambos grupos para encontrar «interlocutores comunes y restablecer comunicaciones». Preguntada por el hecho de que Campillo no sea del mismo sector de Armengol, indicó que su labor es «tener una relación buena y correcta con todos los secretarios generales, sean más próximos o menos».
El secretario general de la FSE, Pedro Campillo, mantiene que todo se hizo bien y «limpiamente» y que el congreso se cerró «democráticamente», aunque de forma «desangelada» por la marcha de los renovadores. Asegura que en congresos de Mallorca se estuvo acreditando a delegados durante todo el día sin problemas, igual que «otras veces se ha hecho aquí en Eivissa». Además, recuerda que el delegado que faltaba era de su lista y los militantes de Vila habían querido que fuera para él, por lo que cree que la argumentación de los renovadores para la impugnación es «débil». Campillo aún no ha hablado aún con nadie del otro sector y está esperando a que se «calmen los ánimos», pero cree que la división se tiene que arreglar en Eivissa y no desde el PSIB.
La portavoz de los renovadores, Silvia Limones, aseguró que acatarán la resolución de la impugnación, que presentaron porque vieron una «irregularidad» en la participación de una delegada que no estaba acreditada correctamente. Cree que el presidente de la Mesa, Fernando Fernández, tomó una «decisión irrevocable e indiscutible» al mediodía y luego «cambió de criterio», recordando que este órgano «debe ser neutral». Preguntada por si pensaban que Fernández era más cercano a los renovadores, indicó que creían que «era neutral». Los renovadores tampoco saben por qué renunció el delegado en cuestión y niegan haber ejercido ninguna presión sobre él. «Eso lo tendrán que explicar ellos, ellos sabrán lo que sucedió allí», añadió Limones, que cree que la renuncia se debería haber hecho un par de días antes.

Fernández: «Tengo la conciencia muy tranquila»
El presidente de la Mesa, Fernando Fernández, aseguró tener la «conciencia muy tranquila» y defendió que este ógano «no actuó de mala fe» al acreditar a la delegada. Fernández recordó que ni el PSIB ni Ferraz les aclararon qué debían hacer y les instaron a tomar una decisión. No quiere entrar en los que le critican y dicen que lo hizo por ser de la cuerda de Campillo. «Yo no he dicho que haya votado a Campillo, pero la gente es libre de opinar; pusieron a la Mesa en una encrucijada y merecemos un respeto», añadió Fernández, que espera «seguir siendo amigo de Vicent». Fuentes socialistas dijeron que los renovadores esperaban que los delegados de Santa Eulària apoyasen a Torres, cosa que en algún caso no sucedió.

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NOMBRAMIENTO
Vicent Tur se encargará de territorio y medio ambiente, Dessiré Ruiz de cultura y Carrascosa de educación
En la reunión de la ejecutiva de ayer se acabaron de distribuir las áreas de trabajo, ya que algunas se habían dejado en el aire pendientes de poder integrar a Vicent Torres y a otros renovadores, aunque éstos al final no quisieron. En principio Dessiré Ruiz llevará cultura y relaciones institucionales, Campillo se hará cargo de turismo, Laura Carrascosa de educación y Vicent Tur de territorio y medio ambiente. En la reunión se resaltó una vez más que el congreso se llevó con «transparencia» y el secretario de Organización, Antonio Roldán, avanzó que en los próximos días intentarán «reconducir» la división abierta en el partido para trabajar «codo con codo para la sociedad ibicenca».

RELACIÓN CON LOS CARGOS OFICIALISTAS
Pedro Campillo: «Las políticas las dicta el partido y los concejales y consellers hacen lo que dice el partido»
El nuevo secretario general de la FSE cree que no habrá conflicto con los cargos públicos del PSOE que están en las instituciones, la mayoría de los cuales son del sector renovador/oficialista. «Se supone que serán leales y habrá contacto con ellos», indicó Campillo, que remarcó que las políticas «las dicta el partido y los cargos hacen lo que dice el partido». Preguntado por su mala relación con Tarrés y si ello puede dificultar la coordinación con su labor de oposición en el Consell, Campillo indicó que «Xico deberá hacer lo que dice el partido y no me cabe ninguna duda de que lo hará».
El candidato de los renovadores, Vicent Torres, no quiso hacer declaraciones.