Los médicos y enfermeros del centro de salud de es Viver vestían rigurosamente de negro junto a una pancarta que simbolizaba el hundimiento de la sanidad pública.

El hospital de Can Misses, el de Formentera y los principales centros de salud de Eivissa fueron el escenario ayer por la mañana de nuevas protestas por parte de médicos y enfermeros contra los recortes previstos por el Govern en materia de sanidad.

Vestidas de riguroso luto por la situación actual que vive el sector en Eivissa el personal sanitario denunció, entre otras cosas, la decisión impuesta desde Palma para que desde el 1 de julio no haya atención a partir de las cinco y media de la tarde y la de eliminar el servicio de pediatría existente los sábados.

Con esta decisión, según algunas pediatras del centro de es Viver, «todas las personas que no puedan acudir por las mañanas y necesiten ser atendidas en este horario tendrán que pasar obligatoriamente por urgencias generándose un colapso que perjudicará muy seriamente la atención prestada al enfermo».

Además, el personal sanitario también denunció la situación que están viviendo muchos inmigrantes que no pueden tener acceso a la tarjeta sanitaria, la bajada de sueldo que ha sufrido el personal sanitario, los 20 minutos que tienen para la hora de la comida, o los recortes en sus nóminas de hasta 1.000 euros por estar 10 días de baja.

Por eso, los médicos y enfermeros de Eivissa, pidieron a la población que entienda que «en estas protestas no pedimos mejores condiciones económicas para nosotros sino que se paralicen todos estos recortes que lo único que están haciendo es hundir la buena atención que siempre se ha dado en los hospitales y centros de salud públicos».