Antoni Riera, director del Centre de Recerca Econòmica, ayer en la presentación del informe.

Eivissa y Formentera son las únicas Islas que consiguen salvarse de la recesión en la que está sumida Balears (que cayó al -0,3% en el primer trimestre y se espera que continúe hasta el 0,5% negativo en el segundo), pues cerraron el primer trimestre con un ligero crecimiento del 0,6%, según el Centre de Recerca Econòmica (CRE), que apunta a que este porcentaje caerá hasta el 0,5%. Sin embargo, no todo sus buenas noticias para las Pitiüses, pues es un crecimiento que cae desde finales del año pasado. «El último trimestre de 2011 se cerró con un un crecimiento del 0,8% , que ha pasado al 0,6% en el primer trimestre y se prevé que caiga al 0,5% en el segundo trimestre», explicó Antoni Riera, director del CRE. Las dudas, según explicó Riera, son la principal causa de esta recesión balear y caída en positivo en las Pitiüses.

Las causas

La tendencia a un menor crecimiento se verá también en los próximos meses, aunque Riera puntualizó que «en principio», no se espera que Eivissa y Formentera caigan en recesión este año, aunque esperan a que la ralentización continúe en los próximos meses. Las causas de esta tendencia se deben, por un lado, a la disminución de la llegada de turistas (cayó un 10,9% en el primer trimestre y sólo en abril un 21,1%) y, por el otro, a la debilidad del mercado de trabajo. «La mejora de actividad no se está notando en la creación de puestos de trabajo porque el número de parados sigue creciendo a un ritmo mayor que el de las afiliaciones», explicó Riera, quien señaló que, a nivel cuantitativo, el mercado laboral pitiuso es «muy activo», pero sin embargo falla en la calidad: «Es más precario que en el resto de Islas porque, por ejemplo, tiene más contratos temporales».

Esta no recuperación del mercado laboral «pone de manifiesto» que la capacidad adquisitiva de las familias «se está resintiendo y tiene una duración limitada», lo que podría tener consecuencias en el consumo interno, la principal baza junto con la inversión que consigue salvar de la recesión a Eivissa y Formentera. «El consumo interno ha sido y está siendo más dinámico que en el resto de Islas, igual que la inversión», precisó el director del CRE.

A ello hay que sumar que el PIB per cápita, el indicador que mejor mide el bienestar de la población, cayó en diez años (2001-2010) un 23,9%. «Es el más bajo de Balears», apuntó Riera. Para mejorar los niveles de bienestar hay que solucionar «problemas estructurales» que presentan las Pitiüses. Así, a la debilidad del mercado interno de trabajo se unen la falta de productividad y de competitividad. «No se pueden mantener los niveles de bienestar si no mejora la competitividad y, en términos de cuota de mercado, ha conseguido una diferenciación de oferta que no se traduce en un bienestar más equitativo», explicó Riera, que considera «primordial» que los agentes sociales (autoridades, empresarios y ciudadanos) identifiquen estas debilidades, que considera «muy graves», para intentar combatirlas. El CRE propone, además, un decálogo de diez premisas con el que buscan consenso para salir de la situación de crisis en Balears.