El equipo de gobierno del Consell d’Eivissa se enfrenta con preocupación a la nueva Ley para la racionalización y sostenibilidad de la Administración local que está elaborando el Gobierno central y que marca unas nuevas reglas del juego para consorcios, fundaciones y empresas públicas. Según este texto, estas entidades no pueden poner «en peligro» la sostenibilidad de la institución participante, que en este caso es el Consell. Según explica el conseller d’Economia, Álex Minchiotti, esto se deberá aplicar a la empresa pública Fecoef (que gestiona el recinto ferial), al Consorcio Sociosanitario (que dirige las residencias) y a la Fundación Turística. Entre otras cosas, esta normativa impide crear nuevas empresa públicas mientras tenga vigencia el plan de ajuste de la institución, que dura hasta el 2022.

Autofinanciación

Además, todas estas entidades tendrán que trabajar para conseguir autofinanciarse, algo que deberán lograr en un período no muy largo de tiempo. Minchiotti matiza que concentrarán sus esfuerzos en Fecoef y en la fundación, ya que en el caso del consorcio lo que quieren es que se haga cargo el Govern. Según la nueva normativa, si estas entidades presentaran déficit a 31 de diciembre de 2013 se tendría que aprobar un plan de saneamiento. En caso de que un año después, a finales de 2014, no estuvieran saneadas, la ley da siete meses para disolverlas.

«Tenemos dos años para intentar que se autofinancien y que no sean deficitarias, sino la Administración no podrá seguir costeándolas poniendo en peligro su sostenibilidad», aclaró el conseller, que relató que han recibido una circular del Ministerio en la que les pide las cuentas de la empresa pública Fecoef y de todo el dinero que le ha inyectado el Consell en 2011. «Madrid elabora informes sobre el grado de implicación de la Administración con sus empresas públicas y en dos años tenemos que conseguir que aumenten su capacidad de generar ingresos», añadió Minchiotti, que indica que esto significará, en el caso del recinto ferial, hacer «ofertas más atractivas e intentar captar clientes, convertirlo en un verdadero recinto de ferias y congresos». «Hasta ahora los gastos eran prácticamente ilimitados y los ingresos muy limitados. Esto no cuadra porque genera desequilibrio en el Consell», concluyó.