Un hombre observa los horarios en la taquilla de un cine ibicenco. | ANA ISABEL GARRIDO SANCHEZ

Desde el 1 de septiembre el IVA sobre las entradas de cine ha subido desde el 8% que se pagaba hasta ahora al 21%. Un golpe más a un sector, el de los distribuidores de cine, que lleva varios años viviendo al borde del alambre. Muchos consideran que esta decisión, aprobada por el Gobierno, puede ser el último empujón hacia el abismo del cierre. Por eso y, para seguir sobreviviendo como los mejores héroes de película, la mayoría de las salas han puesto en marcha ofertas y han decidido hacer frente ellas mismas a la subida del IVA.

Eivissa no es una excepción. Los principales cines de la Isla -Multicines Eivissa, Cines Serra o el Cine Regio, de Sant Antoni-, han decidido mantener sus precios e incluso bajarlos en la medida de lo posible. «Llevamos unos cuantos años de capa caída y ahora el IVA ha sido otro duro golpe pero si queremos que la magia de las salas de cine siga intacta tenemos que volver a reinventarnos», explicaba Roberto Torres, uno de los dueños del cine de Sant Antoni.

En esta sala se ha optado por mantener los 5 euros que cuesta la entrada en el Día del Espectador, se ha bajado 50 céntimos el precio los martes, miércoles y jueves, y los viernes, sábados y domingo, la entrada se ha fijado en 6,50 euros. Además, según Torres, este cine de la calle Barcelona ha optado desde hace unos años por intentar especializarse «en películas dirigidas al público infantil como Madagascar 3 o Brave, ante la imposibilidad de competir con grandes estrenos y con la intención de llenar un hueco que andaba un poco vacío».

En el resto también se mantiene el precio para el Día del Espectador y, en el caso de los Multicines, se ofrecen bonos de diez o cinco entradas, precios especiales para desempleados y mayores de 65 años, y en el del Cine Serra, un precio más barato para el 3D «porque era una de las mayores que la gente demandaba».

Sin embargo, los dueños de los principales cines pitiusos no ven con demasiado optimismo el futuro. Juan José Ferrer, uno de los responsables del Cine Serra, asegura que «en España el sector de la distribución de películas goza de muy mala salud mientras que en otros países como Estados Unidos o Francia está subiendo mucho la recaudación». Algo que según el Ferrer se debe, entre otras cosas, a «la piratería, o que hay partidos de fútbol a todas horas y todos los días».

La opinión de los usuarios

¿Y los ciudadanos de a pie qué opinan? La mayoría están contentos con que no se haya subido la entrada del cine, aunque la siguen considerando cara, y aseguran que seguirán acudiendo a la salas si la película merece la pena.

Los asturianos Lolita y José Antonio, son un ejemplo de ello. Se consideran grandes aficionados al cine y por eso, aprovechan «cualquier momento aunque estemos de vacaciones para acudir a ver una película a una sala, porque la magia que se respira aquí no es comparable a nada, y además, como nosotros somos mayores de 65 años tenemos muy buenas ofertas».

Ellos fueron a ver A Roma con amor, la última película del director norteamericano Woody Allen, pero también hay quien prefiere el terror. Es el caso de Sonia, que acompañaba a su madre Ángela a ver The possession (El origen del mal), aunque ya la hubiera visto antes. «A nosotras nos encanta el cine y si podemos venimos una vez a la semana aunque siempre intento aprovechar las ofertas que hay porque las entradas son caras».

Mientras, otros como Raúl, Roger y Lucía se decantan por las películas de acción como Desafío Total. «No solemos venir mucho al cine porque vemos muchas películas en casa en el ordenador sin gastarnos tanto dinero aunque es verdad que las que tienen muchos efectos especiales merecen la pena verlas en pantalla grande», explicaba el primero de ellos, mientras uno de sus amigos aseguraba que hace mucho tiempo que no venía a ver una comedia «porque esas se ven de noche, en el pijama y con la novia».

Opiniones para todos los gustos que demuestran que, aunque cada vez menos, los espectadores siguen fieles a su cita con la butaca y la pantalla. Y es que como aseguró Roberto Torres, del Cine Regio, «las salas de cine nunca morirán».