Varios de los participantes forman un círculo sobre la arena para realizar uno de los ejercicios asistidos con un voluntario.

Cerca de una veintena de personas con discapacidad del Centro de día que tiene el Consell d’Eivissa en Cas Serres participaron ayer en la última jornada en 2012 del programa Un mar de posibilidades del Club Náutico de Ibiza.

En ella, el pequeño rincón que tiene el equipo de Pedro Cárceles en la playa de Talamanca se transformó en un gran campo de juegos para albergar un taller de pintura, un circuito con distintos obstáculos, la canoas del kayak o el pequeño barco para navegar a vela.

Gracias a ello, Jordi, José Manuel, José, Vicent, Mónica, Carmen, Charo, Neus, Teresa, Ruth, Fina, Paqui, Alberto o Dani descubrieron, tal y como aseguró el coordinador del programa, Pedro Cárceles, que «las barreras no existen cuando lo que se busca es disfrutar estando en contacto con la naturaleza».

Algo en lo que también coincidió Toni Ribas, responsable de este grupo. «Para todos ellos es muy beneficioso, ya que les hace subir muchísimo su autoestima, el venir a la playa, divertirse, relacionarse con otras personas, jugar, trabajar, y desarrollar actividades igual que el resto de la gente».

Incluso mejor, ya que algunos de los participantes demostraron estar en muy buena forma. Por ejemplo, José demostró su pericia con los remos a bordo de un kayak llegando a navegar una buena distancia mar adentro y regresando como si fuera el medallista olímpico David Cal. De igual manera, José Manuel, con su parche en el ojo a modo de pirata, subió y bajó por cada uno de los obstáculos y juegos de equilibrios e, incluso, y no dudó en dar una voltereta con gran agilidad.

Unos 300 participantes

Durante este 2012 el programa ha contado con un presupuesto de 68.000 euros gracias al patrocinio de Adecco, Ferrovial, el Ayuntamiento de Eivissa y el Consell Insular. Gracias a ello, se ha podido dar servicio a cerca de 300 personas con necesidades especiales procedentes de distintas asociaciones de personas con discapacidad, talleres ocupacionales, hospitales, residencias para personas mayores, y, por primera vez este año, turistas que visitan nuestra Isla. Y todos ellos acaban descubriendo, después de un verano de actividades, las posibilidades que «ofrece el mar y el deporte como un medio terapéutico en el que se fomenta la autoestima, la salud y el ejercicio físico».