El rey Balatsar entrega un regalo a un niño que acudió a recibirlos a su paso por Puig den Valls.

Melchor, Gaspar y Baltasar se despidieron ayer de los niños y padres de Eivissa hasta el año que viene con las últimas cabalgatas de este 2013. Sin embargo, las citas registraron bastante menos presencia de público que otros años. «No creo que sea muy buena idea organizar hoy una cabalgata porque los niños ya han ido a las que se celebraron el sábado y ahora prefieren quedarse en casa jugando con sus regalos», explicaba Lola, resumiendo el sentir de muchos de los presentes.

La primera en ponerse en marcha fue la de Puig d’en Valls que a las 11,30 horas ya asomaba por su calle principal. De camino a la iglesia discurrieron las mismas cuatro carrozas que marcharon por Santa Eulària y un trenecito lleno de padres y niños.

Sin embargo en esta ocasión hubo menos caramelos que en otras ediciones hasta tal punto que, incluso, Baltasar se quedó sin ellos a mitad del pequeño recorrido. Mientras, problemas de confeti no hubo en absoluto. «¡Esto habría que mirarlo porque al final siempre acabamos llenos de esto por todos lados cuando llegamos a casa!», aseguraba una madre mientras intentaba limpiarse de forma desesperada mientras su hijo buscaba coger uno de los pocos caramelos de la calle.

Poco a poco y guiados por el ritmo de los villancicos que interpretaban la Banda de Cornetas y Tambores de Santa Eulària llegaron a la plaza de la iglesia donde, esta vez sí, les esperaba bastante público. Allí y tras la ofrenda de rigor al Niño Jesús llegó el momento de entregar los regalos en la plaza.

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