En el campo ibicenco están proliferando casas de los colores más disparatados.

El Ayuntamiento de Santa Eulària ha comenzado una ofensiva contra las casas pintadas de colores en suelo rústico. Para ello se han iniciado una serie de órdenes de ejecución, que es un procedimiento en el que se ordena al propietario que pinte la casa en un color acorde a la normativa vigente. El dueño de la propiedad tiene 15 días para hacer alegaciones y una vez transcurrido la orden es firme y se le da un plazo para hacerlo. Si no obedece es el Ayuntamiento mismo el que pinta mediante ejecución subsidiaria y le pasa la factura.

«Hay muchas casas de colorines en suelo rústico, algún propietario sí que ha cambiado el color y alguno no está por la labor y empezaremos las ejecuciones subsidiarias la semana que viene o en un par de semanas», explicó el concejal de Urbanismo de Santa Eulària, Mariano Juan, que indicó que entrar a pintar a casa de alguien es un procedimiento «complicado» porque necesitas un permiso de un juez y va «más lento de lo que nos gustaría», pero recordó que los propietarios tienen que cumplir la ley y si no lo hacen «se les tiene que hacer cumplir».

Tanto el Plan Territorial Insular (PTI) como la normativa urbanística de Santa Eulària es muy clara en este sentido y dice que las viviendas en suelo rústico solo pueden estar pintadas de blanco o en tonos claros y ocres. «Evidentemente las casas lilas, rojas o amarillas no entran en este elenco, se han detectado unas cuantes y antes de que proliferen actuaremos y alguna ya ha rectificado el color», añadió Juan, que cree que es un tema al que hay que dar publicidad a modo «ejemplarizante». «Mucha gente nos viene diciendo que no sabían que no podían pintar la casa de un color determinado, hay un desconocimiento de la normativa y tenemos que ser un poco didácticos en esto», aclaró el concejal.


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