Como es tradición en esta localidad, los carros y los caballos fueron protagonistas en el día de ayer. | German G. Lama

Puig den Valls fue ayer por la mañana un hervidero de gente. La misa dio paso al folclore más puro de la mano de la Colla de Puig den Valls, los Xacoters de sa Torre y del grupo de la Casa Cultural Dansaires Manresans. Con ellos las tradicionales orelletes y bunyols para coger fuerzas de cara a la verdadera atracción del día: el desile de carros y caballos que dieron un gran colorido y enorme animación por las calles de la localidad. Por la tarde, fue el turno de la gimnasia, la danza y el baile. Y ya por la noche, el correfoc y la música a cargo de la orquesta Tanit.