Arriba y a la izquierda, dos ejemplos de medusas localizadas este lunes en la playa de sa Caleta de Eivissa.

Durante los últimos días las costas de Eivissa se han llenado de medusas que están haciendo muy incómodo darse un chapuzón a los bañistas. Las causas de ello son la llegada tardía de la primavera y el aumento de la materia orgánica en el Mediterráneo originada por el vertido descontrolado al mar de fertilizantes y aguas negras de núcleos urbanos.

Según el biólogo del Consell d’Eivissa Jaume Estarellas en el último mes se han detectado en alta mar importantes enjambres de tres tipos de medusas: la veleta, la pelagia noctiluca, y la más temida, la carabela portuguesa. De ellas, según el experto, hay que temer principalmente a las dos últimas. «La pelagia noctiluca, de color rosa y luminiscente, es una de las medusas más urticantes y a la vez más difíciles de ver por su reducido tamaño, mientras que la carabela portuguesa es muy peligrosa, sobre todo, por la longitud de sus tentáculos que provocan una picadura muy dolorosa pero, en contra de lo que mucha gente cree, en muy pocos casos es mortal».