Cientos de maestros y profesores ataviados de verde y pertrechados de silbatos y percusiones se concentraron a lo largo de la mañana frente a la delegación de la Conselleria d’Educació para demostrar su ausencia de los centros educativos públicos.

Las aulas vacías de alumnos y profesores en huelga han marcado este inicio de curso escolar en el que ayer la casi totalidad de los centros públicos de infantil y primaria no dieron clases, según el sondeo telefónico realizado a lo largo de la mañana. Las actividades en muchos centros educativos con sólo los servicios mínimos en funcionamiento se limitaron a reagrupación de alumnos por ciclos, profesores vigilando a los alumnos en el patio en guarda o custodia o la proyección de una película.

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La mayoría de los centros se quejaron de los servicios mínimos, el 30% del profesorado sin contar con el equipo directivo. De hecho, algunos de los que estaban por ley en servicios mínimos apoyaban la huelga, como el caso de Can Cantó, al que sólo fueron ayer 24 niños. «Hay dos de servicios mínimos que hubieran hecho huelga», comentaban desde el centro. «Estamos porque tenemos que estar», aseguraron desde el colegio Labritja con sólo 40 alumnos de primaria de 150. También en Blanca Dona, Portal Nou y Cas Serres, el seguimiento fue de un 100% y a éste último centro sólo asistieron 20 alumnos de los 217. En Es Pratet, 30 niños de 250 fueron al cole y salvo un docente que no hizo huelga, todos se sumaron al paro. En Sa Bodega asistieron 21 alumnos a clase de 211 y todos los docentes apoyaron la huelga , salvo dos. En Sa Graduada, de sus 29 docentes, trece estaban en huelga y a clase asistieron poco más de un centenar de los 450 alumnos.