Nicolás González se pesó ayer por primera vez para iniciar la huelga de hambre, una acción que repetirá para demostrar que baja de peso.

El bedel del colegio Sa Graduada, Nicolás González, ha iniciado una huelga de hambre para que el Govern «entre en razón de que está haciendo algo que no tiene ni pies ni cabeza». «No quiero que mis hijos entren en un colegio público y que se encuentren en la situación en la que está. Quiero una escuela pública y de calidad, no una chapuza», justificó.

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González comenzó el ayuno el lunes a mediodía y seguirá haciendo vida normal, entre su trabajo y su casa, pero sin comer. Para demostrar que la huelga es real, se irá pesando en distintas balanzas de farmacias de la Isla con dos objetivos: probar que baja de peso por el ayuno y que ninguna de las balanzas que utiliza están manipuladas.

«Voy a hacer vida normal, pero dejaré de comer. Beberé agua hasta que el cuerpo me aguante y cuando ya no pueda moverme me quedaré en casa, alegaré que no me encuentro bien y que pase lo que pase», explicó González, que se pesó ayer por la tarde como punto de partida de una abstinencia que inicia con 88,900 kilogramos.