Artur Parrón, que fue elegido como nuevo coordinador el fin de semana, ayer en Eivissa.

Artur Parrón (Santa Eulària, 1973) es historiador y vive en Formentera desde hace años. El pasado fin de semana fue elegido nuevo coordinador de Esquerra Unida en las Pitiüses en sustitución de Elva Alonso. Asegura que siente una gran «responsabilidad» ante el reto, ya que EU es un «partido pequeño, pero en el que mucha gente tiene puestas muchas esperanzas».

—¿Cuáles son sus objetivos como dirigente de EU?
—Estamos saliendo de una situación bastante difícil, hemos pasado una travesía por el desierto. A nivel estatal y balear parece que las cosas nos irán bastante bien en unas futuras elecciones, aunque nosotros a las encuestas no les hacemos demasiado caso. El reto es seguir fortaleciendo el partido, especialmente a nivel municipal. Hemos crecido bastante en algunos municipios y estamos en condiciones de crear ya alguna asamblea municipal.

—Porque ahora no hay ninguna, claro.
—No, ahora tenemos la asamblea pitiusa y hemos crecido bastante en Santa Eulària y en Sant Josep. Además, seguiremos haciendo propuestas en positivo para que la gente visualice que hay otra manera de plantear las políticas económicas, sociales y educativas. También seguiremos a pie de calle, donde se ven las dificultades de la gente. Yo ahora que estoy por cuestiones personales y políticas mucho en Eivissa observo la increíble cantidad de carteles de ‘se vende’ o ‘se traspasa’ y eso dice mucho de lo que la gente está sufriendo. No solo gente trabajadora, también las clases medias están al borde de la proletarización, hablando en términos marxistas. Toda esta burbuja que se creó tiene víctimas también entre las clases medias, entre los pequeños y medianos empresarios y entre los funcionarios con el sueldo congelado. A toda esta gente se le tiene que hacer propuestas porque hay otra forma de hacer las cosas.

—Pero parece que las Pitiüses sean un oasis en el que no haya crisis.
—No. Lo parecía porque estamos acostumbrados a que la economía de estas dos islas funciona con los indicadores de ocupación o de llegada de gente al aeropuerto. Y la economía es mucho más a nivel humano y familiar que los datos macroeconómicos de llegada de turistas. El récord de llegadas del aeropuerto no nos indica mucho más que que estamos masificados y esto no asegura un nivel de vida y unas condiciones laborales adecuadas, no asegura unos salarios dignos.

—¿Qué otros problemas ve en las Pitiüses? ¿Qué propuestas harán?
—Los actuales gobernantes tanto a nivel estatal, balear e insular se lo han cargado todo de forma vertiginosa y sería difícil decir por dónde hay que empezar. Tenemos muy claro que la prioridad es la ocupación. Sin ocupación, sin salario y sin unas condiciones laborales dignas no se pueden recuperar el nivel adquisitivo y de consumo. Temas hay muchos: la educación, los ataques continuos al medio ambiente y la sanidad. La inversión en sanidad, dependencia y educación la están haciendo caer de forma descontrolada. Todo esto se tiene que empezar a decir y hacer propuestas en positivo.

—¿Están abiertos a un pacto de izquierdas para las próximas elecciones?
—EU siempre ha sido el gran valedor de los pactos de izquierdas, pero ahora entendemos que es demasiado pronto para hablar de esto. Además, tenemos unas elecciones europeas, y tanto Izquierda Unida federal como Esquerra Unida balear están buscando alianzas con movimientos sociales y políticos. A nivel federal se ha hecho una oferta a Equo para ir de la mano y aquí en Balears se ha hecho lo propio con el PSM. Buscamos alianzas con todos los sectores políticos y sociales, porque hace falta el discurso anti-troika, oponerse a las políticas neoliberales de la troika que vienen avaladas por el PP y PSOE y que se concretan en todos los recortes.

—¿Se han desvinculado totalmente de Eivissa pel Canvi?
—Con Eivissa pel Canvi tenemos dos concejales en la oposición, uno en Vila, Vicent Ferrer, y Mariano Torres, en Santa Eulària, y hacemos todo lo posible para colaborar con ellos. A nivel orgánico no hay ningún vínculo que nos una a ExC, pero sí la voluntad de un acercamiento futuro y necesario si queremos desalojar a la derecha de los ayuntamiento, el Consell y el Govern balear.

—Cuando EU formó parte del gobierno del Consell a través de Eivissa pel Canvi fue difícil ponerse de acuerdo dentro del pacto de izquierdas, sobre todo en temas de territorio. ¿Han tomado nota de ello?
—Sí que es verdad que hubo desencuentros, pero pienso que son los típicos dentro de cualquier coalición, aunque es verdad que condicionaron mucho la acción de gobierno. ¿Cómo lo solucionaremos? No sé, supongo que los pactos que firmemos en un futuro tendrán que estar muy bien redactados y pienso que tendrán que ser muy concretos. En temas sanitarios, educativos, de transporte interislas y, sobre todo, en el tema territorial, que es fundamental. Luego hay un aspecto que a nosotros nos preocupa mucho, que es el proceso de privatización de espacios públicos.

—¿A qué se refiere?
—A la privatización no solo de plazas, como por ejemplo Vara de Rey, sino también de playas o segmentos de playas, porque allí donde hay un chiringuito o un restaurante con cierta clase prácticamente se privatiza. Nosotros hace unos meses denunciamos y conseguimos que las cámaras de vigilancia de Roca Llisa se retiraran porque era un acceso público a una cala. Y como este caso hay muchos, tendremos que luchar mucho con movimientos sociales y vecinales para que se acabe la invasión privada de espacios públicos. El de Vara de Rey es un caso evidente, un paseo centenario para que la gente de Eivissa pasee y ahora está totalmente privatizado con finalidad económica o lucrativa. Además, este es un espacio en el que suele haber concentraciones y manifestaciones. Si lo privatizas dificultas que la gente se reúna y se manifieste. Esto pasa aquí pero también en otras ciudades en la Península. Tiene este aspecto de dificultar un poco la expresión pública.

—Hasta ahora EU ha sido muy crítica por ejemplo con el proyecto de Matutes en Platja d’en Bossa. ¿Por qué?
—Estamos en contra de lo que se llama ‘Eivi Vegas’ y de este intento del Govern balear de crear una legislación vía decreto, ad hoc para ‘Eivi Vegas’. Entendemos que la regeneración del modelo turístico no pasa por aquí, ni por este modelo de hotel-fiesta que está tan en boga, que está en Platja d’en Bossa, pero que también entra con fuerza en municipios con un modelo turístico familiar como Santa Eulària.

—¿Tienen encuestas sobre los resultados electorales que podrían sacar en las Pitiüses?
—No hay encuestas de aquí, pero algunas daban a nivel del Parlament tres representantes. Pero falta mucho para las elecciones y no tenían en cuenta las posibles alianzas, creo que eran extrapolaciones de encuestas a nivel estatal. En la calle notamos que la gente reclama a gritos propuestas por la izquierda y acabar con el régimen político y económico que surgió en la transición con la monarquía y el bipartidismo, que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida, tanto a nivel político como judicial, ya que el Tribunal Supremo y el Constitucional se reparten entre dos. Todo esto es el régimen y nosotros lo que proponemos es un proceso constituyente, comenzar de nuevo para acabar con todo esto. Una de las consecuencias es esta crisis y la forma en la que se afronta. Un ejemplo es el cambio del artículo 135 entre PP y PSOE que dice que primero se tiene que pagar la deuda y luego si tienen dinero ya se harán inversiones sociales. Todo esto es una barbaridad, la gente reclama un cambio.

—¿Cuántos afiliados tienen ahora en Eivissa?
—Ahora tenemos unos 50 y tenemos que agradecérselo porque algunos lo están pasando realmente mal por temas económicos y tiene mucho mérito que hagan esfuerzos para pagar la cuota. Y después hay mucha gente que no está afiliada pero colabora de manera activa y constante. Queremos incrementar el número de afiliados pero también contactar con la gente que está trabajando en movimientos sociales, de barrio, que también nos aportan mucho.