Capricorn ofreció una coreografía de claqué que estuvo entre lo más aplaudido del día.

Que el Carnaval siempre ha sido una vía de escape para tratar de un modo más o menos divertido reivindicaciones ciudadanas o protestas no se le escapa a nadie, así que no es de extrañar que la rúa celebrada ayer en Vila tuviera su dosis de prospecciones petroleras, referencias a Rajoy o cánticos y consignas contra la reforma de la ley del aborto. Aún así, la versión más lúdica de esta fiesta se impuso y las más de 2.500 personas que participaron en ella (un nuevo récord) disfrutaron de una mañana soleada que cualquiera hubiera firmado en la víspera.

Con gran puntualidad, a las once y media de la mañana la primera de las comparsas, titulada Cantajuegos y organizada por la Asociación Empresarial de Guarderías Infantiles de Eivissa, se ponía en marcha al ritmo de diversas canciones infantiles en la avenida de Santa Eulària, donse se había congregado numeroso público armado con cámaras de todo tipo para recoger hasta el último detalle.

Es galliner dels intocables, la segunda comparsa en la rúa, ya dejó ver las primeras referencias a la reforma laboral y a la política de las grandes empresas. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue el protagonista de Popeye el Mariano, de la Asociación de Vecinos San Pablo, que desfiló detrás de una magnífica carroza en forma de barco.

Tras ella, un sinfín de botes de espinacas se movían al ritmo de la canción Love is in the End.

Desde su creación, los pitufos han sido una referencia fija en muchos carnavales, y el de Vila no es una excepción. La Asociación de Vecinos de Cas Serres los escogió como protanistas y los hizo bailar canciones flamencas.

Y baile precisamente es lo que ofreció el imperio egipcio creado por Passion Dance, con un vestuario blanco y dorado, momias incluidas, y cuya coreografía fue muy aplaudida por un público que también era un espectáculo en sí mismo, puesto que en las aceras había desde princesas a piratas, pasando por semáforos, vampiros, soldados, brujas, payasos o mariol·los.

Tras los Mojinos Escaldaos, un homenaje a los Mojinos Escocíos, desfiló la Asociación de Vecinos de es Clot trasladando a Eivissa la más pura tradición del Carnaval veneciano, con sus pelucas, máscaras y ropajes de todo tipo de colores. La variedad de la rúa se puso de manifiesto una y otra vez. Los estilos y vestuarios variaban continuamente, aunque hubo un particular gusto por el uso de música electrónica en mayor o menor medida para animar la rúa. Una norma que se saltó, entre otras, la academia de Ángela Custodio con su homenaje a la cantante Celia Cruz con la comparsa Azúcar, que trasladó a los espectadores hasta La Habana. Entre los disfraces más originales, y quizá ‘arriesgados’, estuvieron las buganvillas que desfilaron a continuación, que contaron con su propio jardinero.