El empresario Abel Matutes salió ayer al paso de las críticas sobre el ruido que genera el hotel Ushuaïa en verano. «El recinto está aislado totalmente, el sonido se dispersa hacia la playa», indicó Matutes, que recordó que también hay «barreras vegetales», que a medianoche se para la música y que a partir de las 23,00 horas ya se baja el volumen, además de que no se sobrepasan los 75 decibelios. El empresario recordó que en Platja d’en Bossa hay muchos establecimientos musicales. «La inmensa mayoría cumplen, otros no tanto», remarcó Matutes, que señaló que a veces llaman vecinos de Puig des Molins para que la Policía Local vaya a medir con el sonómetro y «aquel día justo el Ushuaïa está cerrado». «Pagamos justos por pecadores, somos escrupolosísimos con las normas», agregó el emrpesario, que recordó que cada vez que aterriza un avión se produce un ruido que supera los 95 decibelios. De hecho, Matutes considera que son otros los locales que no cumplen y que «hay política en estas quejas» sobre el ruido.

Añadió también que restaurantes y otros hoteles de la zona van «estupendamente» desde que abrió Ushuaïa y puso como ejemplo el Ibiza Playa, cuyo dueño le dijo que les habían «salvado».

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