Toniet era sólo un niño cuando, camino de la escuela de Sant Miquel, tocaba las castañuelas con sus amigos. Así aprendió y así inició un largo camino en el que se ha dedicado a promover el folclore ibicenco por dentro y fuera de la isla. La historia la tiene bien recopilada en un rincón de Sant Miquel, exactamente en el estanco de su familia, donde, en una sala que huele a historia, cuenta con un pequeño museo lleno de fotografías, instrumentos y juguetes tradicionales. Durante la entrevista, una turista inglesa se interesó en esta bonita exposición y se quedó maravillada al descubrir que el joven ballador protagonista de las imágenes era el mismo hombre de 84 años que estaba sentado en aquella estancia. Normal, estaba viendo una leyenda viva de Eivissa y de nuestra cultura, a Toni d’en Planes (Sant Miquel, 1930).

—¿Cómo empezó esta afición por el ball pagès?
—De camino al colegio los de mi edad íbamos tocando las castañuelas. Éramos unos once, pero solamente tres o cuatro aprendimos a tocarlas, entre ellos mi hermano Miquel, que era el que más sabía de Eivissa.

—¿Aprendió solo o tuvo a alguien que le enseñara?
—Más adelante, cuando tenía 10 años, empecé a ir a casa de Joanet Mestre, un hombre muy mayor que ya no tocaba nunca, para aprender a tocar la flauta y el tambor. Había olvidado muchas sonades y, cuando ya me enseñó todo, me dijo «yo os he enseñado, pero vos me ha enseñado a mí porque había olvidado todo lo que sabía». Sólo iba los domingos por la tarde, pero me gustaba tanto que, a veces, en mis ratos libres después de haber ido a la escuela, me iba a practicar con él y tocábamos dentro de una barraca de sitja. Cuando aún no había cumplido los 15 años, fuimos a la iglesia a tocar a las fiestas de Sant Miquel. Desde entonces íbamos a todos los bailes que había.

—¿En aquella época había poca gente que se dedicara al folclore?
—Se fue perdiendo porque las cosas estaban prohibidas. En aquella época la Guardia Civil preguntaba: «De quina casa ets?». Según de donde eran, le daban una bofetada, en función de si eran de izquierdas o de derechas. Ya me dirás qué culpa tenían aquellos niños. Ahora, en cambio, dan premios por hacer un Uc. Antes, si te pillaba la Guardia Civil, recibías.

—Y una vez que aprendió a tocar todos los instrumentos...
—Empecé a actuar con el grupo Eduación y Descanso que dirigía en Pepet des Sereno. Éramos una veintena de personas de Sant Josep, Sant Vicent, Vila, Jesús y Sant Miquel, que es de donde soy yo. Participamos en Palma en un concurso internacional y ganamos el primer premio. Luego, fuimos a Madrid y ganamos otro galardón. Íbamos por todos lados porque siempre ganábamos los primeros premios por danza y música antigua, no por la vistosidad del baile. En 1954 pasé a dirigir el grupo de Secció Femenina, formada únicamente por mujeres.