Imagen de promoción del violinista Ara Malikian, que actuará este viernes en Eivissa.

Ara Malikian está considerado uno de los tres mejores violinistas del mundo. Este viernes actuará, con su banda, en la zona exterior de la sede de la Universitat de les Illes Balears (UIB), bajo las murallas de Dalt Vila.

—¿Qué espectáculo podremos ver en Eivissa?

—Vengo con mi banda, compuesta por un quinteto de cuerda y tablas hindúes. El espectáculo está inspirado por Zyriab, que era un personaje que vivió en el siglo XIII. Zyriab viajó muchísimo, especialmente por países de medio oriente y también estuvo en España. Este personaje se inspiraba en las costumbres de los países que visitaba. Se empapaba de la música, la gastronomía y de las costumbres de la vida cotidiana. Así que el repertorio del viernes se basará en música del medio oriente y también música española.

—¿Ha estado antes en Eivissa?

—Sí, estuve tocando en la isla hace ya bastante tiempo, y tenía muchas ganas de volver. Eivissa me encanta, es maravillosa y muy inspiradora.

—Además toca en un lugar privilegiado, al pie de las murallas de Dalt Vila...

—Cierto, sólo con estar ahí ya te inspira y te incita a hacer un concierto maravilloso. El lugar donde vamos a tocar es mágico, precioso, vamos a hacer un concierto espectacular, porque el entorno es espectacular.

—¿Ha experimentado con música electrónica?

—Sí, lo he hecho muchas veces. He realizado varias colaboraciones, pero me gustaría hacer un proyecto grande de violín con música electrónica, quizás más adelante.

—¿De dónde viene esta pasión por la música, y especialmente por el violín?

—Mi padre era violinista. Cuando era muy pequeño me metió un violín en la barbilla y allí se quedó, desde entonces siempre lo he tocado. Cuando era más joven, en las épocas fuertes de trabajo, llegaba a practicar 10 y 12 horas con el violín.

—Supone un gran sacrificio...

—Sí, sobretodo cuando eres joven, hay que sacrificarse mucho porque en vez de estar jugando con tus amigos tienes que estar en tu estudio practicando, eso es lo más duro. Sin embargo, hoy en día agradezco mucho a mis padres que me obligaran a practicar en casa, en vez de ir a jugar. Les estoy eternamente agradecido, me considero muy afortunado porque la música me ha hecho muy feliz.

—¿En su carrera, qué momentos le satisfacen más?

—Cuando estoy encima del escenario. En las actuaciones uno intenta darlo todo y crear una energía entre el público y el escenario. Me entrego al máximo, es un momento mágico, muy espiritual, un ritual. Cuando actúo es uno de los momentos más felices de mi vida.

—Usted que ha viajado tanto ¿En qué país prefiere tocar?

—La verdad es que me gusta mucho viajar y descubrir nuevos lugares, pero el escenario es otra cosa. Una vez estoy en él me olvido de dónde estoy, sólo existes tú y el público, y da igual si estoy en China, en Colombia o en España. Aunque tengo mucha suerte de tener esta profesión que me permite viajar muchísimo.

—Con ‘From Bach to Radiohead’ repasa muchas épocas musicales ¿En cuál se siente más cómodo?

—Me siento a gusto con todo tipo de música. Considero igual de grandes a los músicos y compositores de la época clásica y barroca, como a los autores modernos, como Radiohead. En realidad, este programa que tenemos es un truco porque nos permite tocar todo lo que más nos gusta desde el barroco hasta la época actual.