Votar desde el extranjero se ha convertido para miles de españoles en una misión casi imposible. Para ejercer este derecho fundamental fuera de nuestras fronteras son precisas altas dosis de paciencia, voluntad, tiempo y, dependiendo de dónde se resida, también dinero.
Los 2.407 ciudadanos pitiusos censados en el exterior hasta el pasado 1 de noviembre con derecho a voto (2.150 ibicencos y 257 formenterenses) no lo tienen nada fácil para participar en las elecciones generales del próximo día 20. Tienen que enfrentarse a un largo proceso burocrático y pedir el voto con bastante antelación.
Hace cinco años se aprobó la reforma electoral que obligaba a los españoles residentes en el extranjero que quisieran votar a inscribirse en un censo. Es lo que se conoce como voto rogado. Se hizo para evitar pucherazos y que se utilizara (como se hizo en algunas ocasiones) a españoles fallecidos en el extranjero, inscritos aún en el censo, para que siguieran votando.
El sufragio rogado implica que el votante que quiera ejercer su derecho debe inscribirse en uno de los censos existentes: el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) o el censo de electores españoles que se encuentren temporalmente en el extranjero (ERTA). El cambio supuso un aumento de la burocracia, sobre todo para los residentes temporales ya que para inscribirse deben dirigirse un mes antes a la embajada o al consulado español, con el tiempo y dinero que ello representa, sobre todo para aquellos que no viven en las capitales. Después hay que solicitar el voto, esperar a que lleguen las papeletas y después votar por correo o presencialmente en la embajada o consulado.
Un precedente desolador
Con todo este procedimiento no debe extrañar que la abstención se dispare. En las elecciones de 2011 había censados 1.493 ibicencos y 215 formenterense. Tan solo votaron 56, el 3,2 por ciento. Cuatro años antes, sin la reforma, votaron en torno al 30%.
Para las próximas elecciones se desconoce todavía la participación, ya que el proceso aún está en marcha. Sin embargo, desde diferentes colectivos como Marea Granate ya se han denunciado las trabas y se ha alertado de una alta abstención.
Según las cifras que maneja la Oficina Electoral Central del Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta el 1 de noviembre se habían inscrito en el Censo Electoral de españoles residentes en el extranjero (CERA) 257 ciudadanos de Formentera y 2.150 ibicencos, de los cuales 1.349 estaban inscritos en el municipio de Eivissa; 186 en el de Sant Antoni; 155 en Sant Josep; 101 en Sant Joan; y 359 en Santa Eulària.
En este sentido, La Junta Electoral Central acordó ayer ampliar el plazo para la solicitud del voto por correo hasta hoy –en lugar de ayer– y prolongar hasta el lunes 14 el plazo de que dispone la Oficina del Censo Electoral para remitir la documentación electoral a los electores.