Raúl Cuesta (León, 1983) ingresó en el Cuerpo Nacional de Policía hace ocho años y lleva cinco destinado en Ibiza. Es secretario local de Alternativa Sindical de Policía (ASP), organización que más está creciendo en el seno del cuerpo y que apuesta por la «modernización y regeneración» de la Policía Nacional. Para Ibiza reclaman un notable refuerzo de agentes, la implantación de una Unidad de Prevención y Reacción (UPR), el aumento del complemento de destino y ayudas a los agentes para la vivienda.

—Alternativa Sindical de Policía apuesta por la modernización del cuerpo. Más y mejores medios están entre vuestras reivindicaciones. En el caso de Ibiza se suma el problema de la vivienda y los agravios salariales.
—En Ibiza padecemos varios males interconectados o que son causa-efecto. Es evidente que el catálogo de puestos de trabajo en Ibiza es ínfimo. Aquí harían falta unos 60 agentes más y la presencia de una Unidad de Prevención y Reacción (UPR). Maspalomas, con 56.000 habitantes, la tiene. Nosotros tenemos una mayor población y deberíamos disponer de esta unidad. Serían 30 agentes con sus vehículos y materiales especializados. Hay veces en que no podemos estar pendientes a que lleguen desde Palma o Valencia. A la falta de agentes sumamos los problemas de vivienda y los agravios salariales. El complemento de indemnización por residencia hace que un agente de Fuerteventura o Lanzarote cobre 327 euros más que uno de Ibiza. Además, a este hecho hay que sumarle que el coste de vida aquí es más elevado. Hace cinco años todo el mundo quería venir a Ibiza, pero ahora es el destino que casi todos descartan. Un agente que tiene familia y se tiene que trasladar con ella no puede venir a trabajar a Ibiza. Es duro, pero es la realidad que tenemos.

—¿Y el porqué de esas anomalías y cómo se pueden corregir esos agravios?
—La falta de personal es un problema político y económico, no policial. Actualmente, en la comisaría de la Policía Nacional de Ibiza hay unos 250 agentes. La plantilla se configuró hace años para una ciudad de 49.000 habitantes y ha quedado completamente desfasada. En temporada nos visitan siete millones de turistas y el 91% pasa por Ibiza. En la demarcación de Ibiza tenemos que atender el aeropuerto, zonas comerciales y discotecas con una densidad poblacional enorme. La manera de corregir esos agravios es incrementando las ayudas por vivienda y reforzando la plantilla con agentes fijos. Los refuerzos estivales son un parche, no solucionan nada. Vienen para un mes cuando la temporada en Ibiza dura seis meses o más. Los últimos comisarios que hemos tenido están muy implicados y la nueva delegada del Gobierno ya ha transmitido al ministro del Interior la necesidad de solucionar esta situación caótica.

—¿El cambio de comisarios en los últimos años os ha afectado negativamente?
—No. Los últimos comisarios han estado muy implicados. José Manuel Mariscal de Gante lleva poco más de un mes con nosotros pero sabemos que se está esforzando y preocupando para que se corrijan estas graves deficiencias. José Luis Garau estuvo once meses, pero también insistió e hizo propia la reclamación de más agentes y ayudas por las características específicas que se dan en Ibiza. El problema es que no está en manos de ellos. Los recortes son generalizados. El Cuerpo Nacional de Policía está perdiendo mil agentes por año desde 2012.

—¿Los recortes se traducen en menos agentes y esto debería repercutir en la seguridad?
—Efectivamente. La demarcación de Ibiza ha registrado en los tres últimos años descensos de criminalidad, pero hay estadísticas que no son tan buenas y en las que se nota la falta de agentes. Los hurtos han aumentado y este tipo de delito bajaría con la presencia de más policías en la calle. Si no invertimos en seguridad, Ibiza se puede convertir en un gueto para el crimen organizado. El Govern balear y la Delegación del Gobierno deben insistir en Madrid en la necesidad urgente de más agentes para dar una cobertura correcta en una isla como Ibiza.

—Pero las autoridades políticas resaltan reiteradamente que Balears es un detino seguro...
—Ese mensaje es el que se está dando, pero ya son muchos los turistas que no ven a Ibiza como una destino seguro. Los hurtos son pequeños delitos, pero a la víctima sí que le afecta y una mala experiencia puede hacer que al año siguiente se vaya a veranear a otro destino.

—¿La situación es preocupante?
—Los políticos deberían tomar nota porque la situación empieza a ser insostenible. El esfuerzo humano de los agentes que trabajamos en la comisaría de la Policía Nacional de Ibiza es intachable, pero la situación es cada vez más preocupante por las carencias en medios materiales y humanos. La gente llega a Ibiza ilusionada, pero con el paso de los años los que no son de aquí se van marchando porque económicamente es inviable para la mayoría. Además, los gobernantes deberían tener muy presente que la falta de seguridad en Ibiza hace mucho daño a la marca España y a las Pitiusas. Es prioritario que los partidos políticos se pongan a trabajar de inmediato y no busquen excuses para dilatar en el tiempo la corrección de unas anomalías que no son nuevas. Llevamos años sufriendo los recortes, pero hay materias en las que las soluciones no se pueden demorar y la seguridad ciudadana es una de estas cuestiones.

—Los agravios comparativos se dan dentro y fuera del cuerpo...
—Así es. Las policías autonómicas como los Mossos d'Esquadra o la Ertzaintza cobran del Ministerio del Interior, pero es que a su nómina le suman unos complementos de unos 600 euros que les aportan la Generalitat o el Gobierno vasco. Desde Alternativa Sindical de Policía reclamamos acabar con esos agravios comparativos entre policías españoles y también venimos denunciando las diferencias existentes entre islas. Las diferencias entre un agente de Fuerteventura y uno de Ibiza son 327 euros, y 563 euros entre los comisarios. Los agravios comparativos con los copañeros de las Islas Canarias son injustificables. Los responsables deben corregir esta situación que se alarga en el tiempo.

—Vuestra organización se está caracterizando por ser bandera de la ola de regeneración que se está produciendo en los últimos años.
—Ese fue el motivo por el que se creó Alternativa Sindical de Policía. Surgimos en 2012 y en cuatro años de vida hemos conseguido una gran expansión con más de 3.600 afiliados. Tenemos una gran implantación entre los agentes de edades comprendidas entre los 24 y los 40 años. ASP surgió para reivindicar y abanderar una regeneración en el Cuerpo Nacional de Policía, colocando encima de la mesa los asuntos pendientes más incómodos para los sindicatos de siempre (CEP y SUP), cuestiones como el aumento de los catálogos de puestos de trabajo, la modernización policial o la equiparación salarial con otras policías europeas.

—Alternativa Sindical de Policía también ha mostrado una gran preocupación por los suicidios en el cuerpo y habéis impulsado una plataforma para tratar esta cuestión.
—Desgraciadamente, los policías constituyen uno de los grupos profesionales con mayor tasa de suicidio. La plataforma Vence se creó con el fin de proporcionar apoyo, canalizar ayuda y sensibilizar sobre la problemática del suicidio en todos los ámbitos, incidiendo en su prevención. Esconder las vulnerabilidades no aparca el problema. Además el suicidio en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad no entiende de escalas ni de categorías. Esconder esa realidad aumenta el riesgo de que los casos vayan in crescendo. Es un problema que nos afecta a todos y desde Alternativa Sindical de Policía queríamos hacer nuestra aportación para combatir esta situación.

LA NOTA

Pendientes de una reunión con el Ministerio del Interior por los salarios

Alternativa Sindical de Policía solicitó recientemente al Ministerio del Interior la necesidad de mantener una reunión en la que abordar la situación salarial que atraviesan los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía. En el escrito que trasladaron solicitan la equiparación salarial de la Policía Nacional y de la Guardia Civil con las policías autonómicas y locales. Desde ASP indican que en algunos casos se dan diferencias salariales de hasta un 30 por ciento, lo que «constituye un agravio comparativo y una desigualdad ante la Ley». Ante esta coyuntura, desde ASP subrayan la necesidad de sentarse en la mesa de negociación para «buscar una salida urgente a este grave problema. Creemos que se ha acabado el tiempo de las falsas promesas y no basta con reconocer la labor encomiable que hacemos la Policía Nacional y la Guardia Civil, sino que hay que corregir los agravios».