En el cómputo de la semana, la última del mes de julio, el aeropuerto de Ibiza habrá operado un total de 2.713 aeronaves con 371.927 viajeros.
El gestor aeroportuario y los servicios subcontratados por Aena vuelven a ponerse a prueba tras varios meses de conflictos laborales y paros indefinidos. Primero fue el personal de limpieza quien protagonizó una huelga para exigir mejoras salariales y un aumento de la plantilla, saldada con un cambio de empresa y mejoras en las condiciones de las trabajadoras, y esta misma semana fue el personal de seguridad de la empresa Prosegur el que escenificó su malestar con una huelga de ocho días de duración.
Ayer mismo regresaron a sus puestos de trabajo los vigilantes de seguridad, tras conseguir de la empresa buena parte de sus reivindicaciones, gracias a la mediación del Govern balear, por lo que la normalidad fue la tónica general de la jornada en los filtros de control de la terminal. Sin embargo, una gran cantidad de vuelos con destinos nacionales sufrieron retrasos de alrededor de media hora, como el que obligó a la SD Formentera a posponer 45 minutos su encuentro amistoso en Palma frente al Mallorca.
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