La Asociación de Vecinos de Jesús celebró ayer su asamblea general ordinaria para hablar, entre otras cosas, de la carretera de acceso a Jesús y de las obras del desdoblamiento de la carretera de Santa Eulària.

Respecto a esto último, el presidente de la asociación de vecinos, Jaume Roig, explicó que se está haciendo un seguimiento «bastante exhaustivo» y «tenemos la certeza de que haya una capacidad técnica que permita dar soluciones a los problemas que hay para evitar ciertas aglomeraciones que son realmente problemáticas y preocupantes».

Aunque todavía no está fijada la fecha de inicio de las obras, Roig espera que la «problemática» sea lo menos agresiva posible. En esta línea, César Hernández, vecino del municipio desde hace 43 años, expresó su preocupación al respecto. «No se puede ir andando a Puig d’en Valls de ninguna manera. Estamos completamente aislados».

En cuanto al acceso al pueblo de Jesús, Roig reconoció que el municipio tiene un gran problema de accesos. «Jesús no deja de ser una burbuja en el entorno geográfico donde se ubica y que tiene mayor amplitud cada día. Eso debería corresponderse a la problemática del acceso y tiene que tener solución porque comporta problemas de movilidad, de suministros, de actividades comerciales e industriales que se desarrollan en el municipio».

Así, explicó que, aunque su posición es de «disconformidad continua», son conscientes de la realidad y se ven capaces de aportar ideas que mejoren el problema. «Habría que buscar vías de acceso alternativas que vayan de la ciudad al pueblo y del pueblo a la ciudad sin necesidad de pasar por pueblo de Jesús como núcleo urbano».

Se trata de una propuesta urbanística que, según dijo Roig, se va a plantear por parte del Govern balear para dotar al municipio de circunvalaciones que eviten el embotellamiento actual. «Nosotros ya dijimos que no se hiciera esta carretera porque no servía para nada. Hicieron un carril para las bicicletas que se acaba en unos metros y por el que no pasan ciclistas. Es un desastre», criticó César Hernández.

Por su parte, Rosa María Campos, también vecina de Jesús, destacó que «es un pueblo triste y castigado» por la carretera de acceso. «Entrar y salir es muy incómodo y perjudica mucho a los negocios de Jesús y a la dinámica del pueblo».

Ante las preocupaciones de los vecinos, el presidente de la asociación de vecinos explicó que «lo importante es conocer el problema y aceptarlo. Si se hace esto y hay voluntad política, habrá capacidad técnica para dar soluciones».

Continua comunicación

A la asamblea, que no se celebraba desde el 5 de abril del año pasado, acudió una treintena de vecinos que esperan contribuir a la mejora del pueblo. Por ello, los miembros de la Asociación de Vecinos de Jesús recordaron que mantienen una reunión «como mínimo» al mes para marcar las pautas a seguir y transmitírselas a las personas e instituciones que «tengan competencias o responsabilidad en los asuntos que ocupan y preocupan». También dijeron que mantienen contacto tanto con el Ayuntamiento de Santa Eulària como con el Consell d’Eivissa para trasladarles sus preocupaciones en cuanto a las carreteras, accesos, rotondas, dobles vías de comunicación, infraestructuras y escuelas.