Decenas de personas acudieron a la 'ballada de pou' organizada por el Grup Folklóric de Sant Jordi OLYMPUS DIGITAL CAMERA | MARCELO SASTRE

La ballada de pou organizada por el Grup Folklòric de Sant Jordi de ses Salines volvió a reunir, como cada año, a decenas de personas para celebrar que el espíritu ibicenco más puro sigue en plena forma. Sin embargo, este año lo hizo en una ubicación más amplia y cercana al pueblo, en el parque público de Can Burgos.

Con la colaboración del Ayuntamiento de Sant Josep y del Consell d’Eivissa, el Grup Folklòric hizo lo que viene siendo habitual en este día tan señalado: diferentes actividades como bailes por parte de la Colla de Sant Jordi y juegos payeses, entre los que destacó sa granera, así como concursos de ucs y de brular es corn. Tampoco faltó una atractiva rifa en la que se dieron regalos como cenas en Can Sala y Trigo Trago, anillos de Casa Afro e, incluso, un viaje a Formentera.

Asimismo, los asistentes pudieron disfrutar de cocas dulces y saladas, sangría y unos deliciosos bunyols.

A la ‘festa payesa’ se acercaron alrededor de 300 personas, residentes en su mayoría. Tampoco quisieron perders este encuentro con familiares, amigos y vecinos políticos de todos los partidos, entre ellos, el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas Agustinet. Y es que se trata de una celebración para reencontrarse y compartir tradiciones y cultura con amigos, familiares y vecinos.

La realidad es que se enmarca fuera de los núcleos turísticos y persiste gracias a todos los ibicencos que quieren que sus tradiciones perduren en el tiempo y pasen de abuelos a nietos. Sin duda, una festividad que los más pequeños acogen con ilusión y que, en un futuro, tendrán que hacer llegar a su descendencia si no se quiere perder.

Cabe recordar que el Ayuntamiento de Sant Josep ha invertido este año 20.000 euros en el acondicionamiento de una plataforma que permitió llevar a cabo la ballada, además de mejorar el empedrado de caminos en la zona para facilitar el acceso y aparcamiento de vehículos.

Y es que el fuerte temporal de hace un año hizo que el parque de Can Burgos sufriera una serie de hundimientos y deslizamientos de los montículos de tierra, donde también desaparecieron algunos senderos.