La holandesa afincada en Mallorca Karina Zegers en una imagen de archivo cuando presentó su segundo libro en castellano, `Personas altamente sensibles’.

Este viernes el auditorio del Centro Polivalente de Cas Serres, en Ibiza, acogerá a partir de las 19.00 horas una conferencia sobre el rasgo de la Alta sensibilidad. La impartirá una de las mayores expertas en la materia, la holandesa afincada en Mallorca, Karina Zegers de Bejil, mentor coach especializada en este rasgo y fundadora y presidenta de honor de la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (APASE).

De hecho, Zegers sabe perfectamente de lo que habla. Este rasgo de la personalidad lo comparte el 20% de la población sin distinción de sexo ni raza y una es ella. Nacida en la ciudad holandesa de Ámsterdam en 1952, esta filóloga y traductora literaria que vive en Mallorca desde 1992 descubrió en 2006 que era una Persona altamente sensible (PAS). Eso dió un giro a su vida y se dedicó a difundirlo y a ayudar a quien tambien lo tiene a través del estudio, sesiones de coaching y formarse en la disciplina de la mediación de conflictos, la comunicacion no violenta o el diálogo de voces. Hasta el momento ha escrito dos libros en castellano, La alta sensibilidad, vivir desde el corazón (2012, autopublicado) y Personas altamente sensibles (2016, La esfera de los Libros) y que ya va por la séptima edición y mantiene activo el www.personasaltamentesensibles.com.

—¿En qué consiste el rasgo de alta sensibilidad?
—Es un rasgo que afecta a un 20% de la humanidad, hombres y mujeres por igual y que, por cierto, también se ha encontrado en el mundo animal en, hasta ahora, unas 100 especies. Es un rasgo genético que fue descubierto en los años 90 del pasado siglo por la psicóloga americana, Elaine Aron. Para que a alguien se le considere PAS, Persona con alta sensibilidad, tiene que reunir básicamente cuatro características: Gestionar la mucha información recibida de una manera profunda, sopesándola y dándole vueltas de forma intensa; la sobreactivación o sobreestimulación que hace que si hay un exceso de información a procesar en un tiempo limitado se produzca un bloqueo emocional y/o cognitivo, mareos o dolores de cabeza; una intensa emocionalidad – para bien y para mal – y siempre andar con las emociones a flor de piel en combinación con una elevada consciencia social o empatía; y tener sensibilidad sensorial de cara a sutilezas o pequeños detalles que suelen escapar a la atención de la mayoría de la gente.

—¿Cómo afecta a quien lo sufre?
—Esta pregunta está enfocada en lo negativo, mientras que se trata de un rasgo evolutivo y, por ende, positivo.

—Entonces, ¿no es doloroso?
—Realmente no se trata de sufrir, sino de disfrutar de un extra. Eso sí, si alguien es PAS y no conoce el rasgo y sus características y si le falta la información necesaria para entenderse desde y a partir de las características del rasgo puede llegar a sentirse víctima o no entendida siempre comparándose con la mayoría, el otro 80%. Puede sentir que no da la talla. Pero no tiene que preocuparse, nuestras cualidades son otras.

— ¿Se puede hablar de cura? ¿Cómo se puede tratar?
—No es un trastorno y tampoco es un defecto, por lo tanto no hay nada que curar. De hecho, según la investigación hecho por la doctora Aron y otros científicos, sabemos que las PAS que han tenido una infancia feliz y respetuosa, sin tener ninguna dificultad con ser muy sensible y lo viven como algo tan normal como, en realidad, es.

—Pero a veces en los colegios se es muy cruel...
—Por supuesto y es una pena. Sin una persona PAS en la infancia recibe el mensaje de que es alguien sensible o débil puede acabar viéndose como defectuosa y tener la auoestima baja para relacionarse normalmente con otras personas.

—¿Eso como se puede cambiar?
—Entendiendo por ejemplo que una PAS necesita desconectar y descansar más que la mayoría de la gente ya que puede llegar a sufrir altos niveles de estrés, con todo que esto conlleva como, por ejemplo, un burn-out.

—¿Entonces lo descartamos como enfermedad?
—Por supuesto. Por eso no hay cura. No es una enfermedad o trastorno y por eso conviene es que la persona que lo tiene conozca y entienda bien el rasgo, pase por un proceso de autoconocimiento y que, desde allí, empiece a reestructurar su día a día, realizando los cambios necesarios para poder lidiar con él y sentirse equilibrada y feliz.

—Afecta a una de cada cinco personas pero no es muy conocido. ¿Por qué?
—El porqué no lo sé con certeza, pero posiblemente se deba a que es algo relativamente nuevo. Yo me descubrí PAS en el 2004 y me di cuenta que en España era un tema totalmente desconocido. Por eso desde el año 2006 estoy trabajando en la divulgación aunque el proceso está siendo bastante lento. Afortunadamente, desde el 2012, cuando empecé con la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (Apase), estamos llegando a más gente y estamos viendo como, poco a poco, el rasgo cobra más reconocimiento. Aun así, queda mucho trabajo, especialmente, de cara a los niños.

—Usted es una referencia en esta materia, ¿Por qué decidió estudiarlo, hacer el blog y escribir sus libros?
—Una vez que me reconocí PAS gracias a la información que encontré en Internet, busqué a un coach para ayudarme a conocer mejor el rasgo y mis necesidades en función de ello. Como en España no había nadie que trabajaba el tema recurrí a una coach que estaba en Estados Unidos y en el proceso que viví con ella me di cuenta que, si un 20% de la gente es PAS. Es decir que uno de cada cinco españoles lo es…

—¿Y dónde están?
—Eso me pregunto yo. ¿Cómo se aguantan en este país con tanto ruido en varios sentidos? ¿Con tanta superficialidad y mucha actitud machista? Decidí dar un cambio radical, dejando la traducción para estudiar el rasgo, la obra completa de Elaine Aron, hacer formaciones de coaching en Estados Unidos, de mediación en conflicto, sobre la la Comunicación no violenta y sobre unas cuantas más para poder trabajar con este colectivo. Después y casi al mismo tiempo empecé el trabajo de la divulgación con charlas, entrevistas, artículos, libros… Eso es muy importante para que la gente sepa quienes somos y si tienen algo que les haga sentirse identificados.

—¿Se tienen datos de España, Baleares e Ibiza?
—Es difícil. Aquí es como en todo el mundo, 1 de cada 5 personas nace con el rasgo de la alta sensibilidad. Y España no es un país fácil para serlo, sobre todo los hombres.

—Usted es filóloga, traductora y mediadora de conflictos. ¿Cómo se puede compaginar todo ello?
—Básicamente había dejado la traducción para dedicarme al trabajo de la divulgación y de acompañar a las Personas con alta sensiblidad mediante el coaching que tanto bien me hizo a mí. No es, por tanto, un tema de compaginar, sino de utilizar toda la formación, experiencia y conocimiento para poder informar y ayudar adecuadamente a todos aquellos que lo necesitan y no lo saben.

—¿No cree que son necesarios más mediadores de conflictos en lugar de gente que se dedique a fomentarlos?
—Está claro. He vivido en varios países y, lamento decirlo, en España hay mucho conflicto, mucho insulto fácil y crítica gratuita. Y esto es objetivo.

—Entonces usted aquií será muy bienvenida, será una persona muy solicitada...
—Puede ser. La mediación de conflicto es una herramienta normal en determinados otros países, y los tribunales trabajan con ella. Aquí en España sigue costando.

—¿Por qué?
—Creo que, en gran medida, es por la escasa capacidad de escucha. El diálogo en lugar de la discusión. Preguntar por, y reconocer las necesidades de la otra persona, saber ponerte en el lugar del otro… Se que no es fácil pero se podría empezar en los colegios con fomentar la inteligencia emocional y el respeto por cada ser humano, por los animales, el medio ambiente, el planeta… Eso fundamental.

—¿En los tiempos actuales la gente le escucha realmente?
—Espero que sí. Creo que esto está empezando, gracias a Dios, pero queda todavía un largo camino a recorrer. Creo que las PAS podemos ayudar mucho en crear este tipo de conciencia, contribuyendo a que la cosa vaya mejorando. Pero, y esto lo digo desde la preocupación por el futuro de los jóvenes de hoy en día, no hay ni un minuto a perder.