Huntza.

Huntza es una de las sorpresas más gratas que han surgido en los últimos años en la música de Euskadi. Este grupo compuesto por cinco guipuzcoanos que se conocieron en las calles y el entorno de la Universidad de Bilbao en 2014 – Josune Arakistain, Uxue Amonarriz, Inhar Eskisabel, Aitor Huizi y Aitzol Eskisabel – han conseguido que la música en euskera traspase fronteras. Su mezcla de pop con folk, sus ritmos pegadizos y su respeto por la tradición ha enganchado a jóvenes y no tan jóvenes de toda España. Su debut en 2016 con Harro gaude (Estamos orgullos@s), en homenaje a las primeras mujeres que subieron a un escenario, fue el comienzo de una trayectoria imparable que se ha plasmado en dos discos, Ertzetatik, que incluye su gran éxito Aldapan gora, y Xilema, editado en noviembre de 2018. Tras viajar por toda España, Sudamérica y hasta Japón, este lunes a partir de las 22.00 horas actúan en Formentera en el Día de Santa María. Será su debut en cualquier isla de España.

¿Nunca han tocado en las islas?
—Sí. Y por eso afrontamos el concierto con muchísima ilusión pero también con incertidumbre porque no sabemos como reaccionará la gente. No creo que haya muchos que se sepan nuestras canciones en euskera pero como siempre lo daremos todo sobre el escenario.

A su favor juega que uno de sus puntos fuertes son sus ritmos pegadizos...
—Es cierto. Somos muy enérgicos sobre el escenario e intentamos que la gente se contagie rápidamente. Además la música es un lenguaje universal y esperemos hacernos entender.

Se han convertido en uno de los grupos de más éxito en Euskadi con sólo dos discos. ¿Se consideran un referente?
—Uf, eso lo tienen que decir otros. De momento seguimos asimilando el éxito pero no hemos cambiado en absoluto. El éxito de Aldapan gora nos vino un poco por sorpresa, no nos lo esperábamos, y más siendo una canción en euskera. No nos lo creíamos pero ya poco a poco somos conscientes.

Su segundo disco también está funcionando muy bien...
—Xilema ha sido como una reválida porque cuando empezamos no sabíamos si en algún día tendríamos segundo disco. Afortunadamente está yendo muy bien y no paran de salirnos conciertos por toda España. No podemos estar más contentos.

¿Han conseguido exportar la música en euskera?
—Pienso que en parte sí. Nos cuesta hacernos entender pero hay que gente que nos ha dicho que ha empezado a aprender euskera tras oír nuestras canciones. Eso, para una lengua muy minoritaria, es una magnífica noticia. Es increíble.

¿Y qué los jóvenes no vean el euskera como algo lejano?
—Puede ser. Nosotros siempre decimos que si queremos que haya futuro tenemos que tener referencias en el pasado. Y en este caso, tenemos muy presentes a las mujeres vocalistas en euskera.

Usted, además de vocalista es trikitilari. ¿Dónde aprendió a tocar la trikitixa?
—Pues sí. Lo aprendí en mi pueblo, en la zona de Lastur, con un chico que toca muy bien. Y estoy muy contenta porque suena precioso.

Por lo general todo en Euskadi siempre engancha. ¿Por qué?
—Qué te voy a decir yo. Creo que la base de todo es que somos muy nosotros, nos gusta mucho nuestra cultura y nuestra tierra y como tal la defendemos y la respetamos. Y puede que eso sea lo que contagie a los que nos conocen.

La última. ¿Qué proyectos tiene por delante Huntza?
—Seguir disfrutando de la música y de viajar conociendo otros lugares y otras gentes para seguir creando cosas nuevas.