Imagen de archivo de la desaladora de Santa Eulària. | Redacción Local

La isla de Ibiza ha consumido, hasta el 9 de diciembre, un total de 10.218.646 metros cúbicos de agua. Sin embargo, esto no significa que se aproveche toda la cantidad suministrada ya que, según datos de la Direcció General de Recursos Hídrics del Govern, el año pasado se perdieron más de cinco mil millones de litros por las tuberías de la red de abastecimiento urbano.

A falta de conocer los datos de este ejercicio, las pérdidas supondrían prácticamente la mitad de la cantidad de agua suministrada en la isla.

Asimismo, según explicaron desde la Conselleria de Medi Ambient, la capacidad total de desalación de la Pitiusa mayor es de 44.500 m3/día, lo que supone más de 16.242.000 m3 al año entre las desaladoras de Vila (12.500 m3/día), Santa Eulària (15.000 m3/día) y Sant Antoni (17.000 m3/día).

Esto significa que las pérdidas por problemas de fugas equivalen a la capacidad de producción de agua desalada de la desaladora de Santa Eulària en 12 meses, lo que, en definitiva, deja su producción a cero.

Diferencias

El consumo de agua en la isla varía mucho según el mes y la población de cada municipio. Así, Sant Joan es el que menos consume y Vila el que más con 195.882 m3 y 4.050.585 m3, respectivamente, según los datos proporcionados por la Conselleria hasta este mes de diciembre.

Después de Vila se sitúa Sant Josep (con un consumo total de 3.781.075 m3), Sant Antoni (1.303.275 m3) y Santa Eulària (887.829 m3).

La diferencia también es notoria en los meses de temporada alta, donde se dobla e incluso triplica el consumo en todos los municipios. De este modo, febrero es el mes con el pico más bajo de consumo registrado y, por contra, agosto el que más.

Por ejemplo, Vila consumió 230.562 m3 en el segundo mes del año y duplicó la cantidad en agosto al alcanzar los 486.397 m3; Sant Josep pasó de 171.471 a 486.329 m3; Sant Antoni de 44.961 a 192.210 m3; Santa Eulària de 9.257 a 153.772 m3; y Sant Joan triplicó el consumo, pasando de 8.250 a 26.510 m3.

Por norma general, los meses de junio, julio, agosto y septiembre son los que registran un mayor consumo que empieza a disminuir a partir de octubre, coincidiendo con el final de temporada.

Alternativas

Según los datos, el consumo ha caído «notablemente» desde agosto, que es cuando desde Medi Ambient advirtieron de que se estaba llegando al límite de producción.

Sin embargo, si se contrastan los datos se puede comprobar que la isla consume menos de la capacidad de producción de las tres desaladoras que tiene. El problema surge porque no se produce lo mismo a lo largo de todo el año. «Esto comportaría que en verano no llegaríamos al límite de producción, con el peligro de sufrir los desperfectos que eso conlleva, y que en invierno se produciría un excedente», matizaron desde la Conselleria.

Aún así, recordaron que este excedente se podría almacenar en depósitos municipales y se podría utilizar para cubrir los picos de verano, lo que daría dos ventajas: se aseguraría una mayor recuperación de los acuíferos y se permitiría un ahorro al ayuntamiento porque el agua es más cara en temporada alta. «Estos depósitos, en verano, también se podrían utilizar para depositar agua por la noche y cubrir los picos durante el día», especificaron desde Medi Ambient.