El acusado, ante el tribunal de la Audiencia. Foto: J. MOREY

La sección segunda de la Audiencia Provincial empezó a juzgar ayer a un ciudadano británico que se enfrenta a una petición fiscal de ocho años y tres meses de prisión y multa de 300.000 euros por un delito contra la salud pública, ya que fue sorprendido en Platja d’en Bossa con más de dos kilos de ketamina, sustancias que en el mercado negro habrían alcanzado un valor de más de 101.000 euros.

La vista previa arrancó ayer en la Audiencia Provincial pero fue aplazada hasta nueva fecha por la ausencia de varios testigos.

Los hechos juzgados se remontan al 12 de mayo del 2018 cuando el encausado, de 41 años, fue detenido por agentes de la Policía Nacional, acusado de haber introducido en Ibiza más de dos kilos de ketamina.

El hombre había alquilado un piso en la calle Pere Matutes Noguera, un apartamento en el que los agentes localizaron 2.135 gramos de ketamina, de los que 1.396 gramos eran ketamina pura, según recoge el escrito de acusación.