Imagen de un agricultor realizando la faena correspondiente.

«Quizás es porque la gente come estos días en casa y tiene más tiempo para cocinar. Puede que también por un asunto de salud, para sentirse fuerte comiendo verdura de temporada con los que aporto más nutrientes a mi cuerpo». La gerente de Ecofeixes, Sonia Torres, no tiene claro el porqué, pero plantea estas hipótesis respecto al incremento esta semana de un 50% en su clientela.

No han sido los únicos productores locales y ecológicos que han experimentado un incremento en la demanda. En el caso de Es senalló han multiplicado por seis la demanda. «El martes repartimos cuatro veces lo que ofrecemos en una semana y hemos tenido que habilitar otro día de reparto, el viernes, que vendimos más o menos el doble que en una semana normal», cuenta Rosalina Marí.

Dos casos que denotan un pequeño cambio de hábitos en estos días de crisis epidemiológica. El producto local de temporada atrae.
Sector frágil

Rosalina explicó que esta semana tuvieron que incrementar a dos días su reparto debido a la alta demanda que recibieron. Su sistema es de cestas abiertas. El cliente encarga lo que quiere de una lista que ahora mismo ronda los 40 productos locales y de temporada. Llevan siete años sirviendo a domicilio.

La clientela habitual se ha mantenido, pero dice que muchos clientes antiguos o que no eran regulares en sus pedidos esta semana han acudido a ellos. El martes repartieron cestas por toda la isla, una tarea que les llevó cerca de siete horas.

De momento dice que tienen capacidad para servir a sus clientes, pero esta situación ha acontecido en un momento delicado en el campo. Están en plena cosecha de productos de invierno y ya preparando la siembra de lo que se cosechará en verano. «La tierra tiene sus tiempos y mientras está ocupado un campo no puedes sembrar otras cosas», explicó.

Para tener siempre producto disponible en Es Senalló se organizan entre siete fincas. «Al principio lo hacíamos nosotros solos, pero vimos que así era difícil organizar calendarios y disponer de variedad de producto». Los propietarios de las fincas (que ahora son siete y en verano llegan a ser once) mantienen su independencia. Cada cual marca sus precios, ya que no es una cooperativa. «En Ibiza siempre hemos sido muy independientes y por eso decidimos funcionar así», explica Rosalina.

Frente a esta situación, reivindicó la importancia del producto local y la necesidad de la conciencia del consumidor. «Si por lo que fuera, que esperemos que no pase, el suministro no pudiera llegar a la isla por un temporal, la producción local no podría dar abasto para alimentar a toda la isla», advirtió.

Es por ello por lo que abogó por fortalecer el sector primario, ya no tanto con subvenciones, que insiste en que son necesarias, sino con acciones y políticas que consoliden el sector y lo hagan atractivo para los jóvenes. «Si los agricultores pudieran vivir del campo no harían falta tantas ayudas. Ellos se encargarían de cuidar el bosque, de tener ganado o de cuidar las feixes, además de generar trabajo, porque el campo da muchísimo trabajo», aclaró.

Noticias relacionadas

Por eso, pidió a los consumidores que sean conscientes de que su elección repercute en la economía de la isla. Apostar por el producto local significa invertir en la isla y fomentar una mayor autosuficiencia, además de reducir el impacto en el clima que tienen las emisiones contaminantes que provoca la importación.

Cambio de tendencia

A Sonia le parece increíble el cambio de tendencia de estos días. Su clientela está dividida en tres ámbitos: restaurantes y hoteles, tiendas y particulares. Los primeros han dejado de trabajar, los segundos han mantenido sus pedidos y los terceros han pasado esta semana de 70 familias a 110.

«Esto ha incrementado el volumen de trabajo. La entrega normal la hacíamos el miércoles por la tarde durante tres horas, pero viendo la avalancha de pedidos esta semana tuvimos que aumentar una hora de servicio el miércoles y ofrecer entregas el jueves y el viernes por la mañana», explicó.

La ampliación también se hizo como medida de seguridad. En Ecofeixes sus clientes acuden a la sede a recoger su cesta. Normalmente los días de reparto llega a haber entre cinco o diez clientes tocando productos y moviéndose en un entorno reducido. Por ello, esta semana citaron a los clientes en franjas de media hora y se entregaban las cestas ya preparadas en la puerta.

Las cestas de Ecofeixes son cerradas a un precio base de diez euros con posibilidad de cambiar o ampliar productos. Una opción que fomenta que el cliente conozca productos locales y de temporada que no tiene normalmente en su despensa. Además de verduras y hortalizas tienen queso o huevos.

Respecto a la disponibilidad de producto, apunta que marzo todavía es un buen mes, dado que hay producción de invierno. «El mes de mayo sería peor, porque ya se espera la producción de verano», apunta.

En sus almacenes tienen disponibles una veintena de productos frescos, locales y ecológico.

Desea que el cambio se mantenga, algo que fomentaría la producción de invierno en la isla. «Hay muy pocos productores que trabajen en invierno, dado que el consumidor no está muchas veces acostumbrado a adquirir producto de temporada. Por eso muchos agricultores han dejado de cultivar en esta época del año. Casi todos los productores grandes solo trabajan para verano», aseguró.

Una tendencia que espera que revierta para que los agricultores vean una oportunidad en la producción de temporada y para la isla.