Vehículo de la Policía Local de Santa Eulària.

Alrededor de 0,25 céntimos es el precio de un cigarrillo, pero no para todos. En el actual marco del estado de alerta, saltarse el confinamiento para fumarse un pitillo en la calle tiene un precio infinitamente mayor en forma de multa. Dos personas que fueron denunciadas por ello cerca de la desembocadura del río de Santa Eulària podrán dar fe de ello tras la denuncia de la Policía Local del municipio, una de las cinco que interpuso en las últimas horas.

Tal y como informa el Consistorio, «dos hombres habían quedado para fumar en la playa». No es el único caso curioso. Un conductor fue interceptado en la calle Sant Jaume de Santa Eulària después de que los agentes presenciaran cómo derrapaba para acceder a una calle y conducía de manera inadecuada hasta que recibió el alto.

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El hombre, con residencia en Cala Llonga, alegó que necesitaba ir a la farmacia de guardia porque le dolía el estómago. Lo curioso es que había pasado poco antes por la puerta de una sin haberse detenido. Se justificó argumentando que había visto la cruz verde encendida pero que, al haber una reja, pensaba que estaba cerrada.

Además, la Policía Local de Santa Eulària también formuló una denuncia a un joven, menor de edad, que circulaba en bicicleta por el Paseo Marítimo. Alegó que, tras tanto tiempo en casa, se encontraba agobiado y había decidido hacer un poco de deporte. Se avisó a un familiar para que se hiciera cargo de él.

Por otra parte, la Policía Nacional detuvo a un joven de 19 años por desobediencia reiterada después de ser sorprendido caminando por la calle.