Vicent Marí, durante su intervención.

Sin un medicamento o una vacuna con los que combatir al coronavirus, no habrá temporada turística. Este es el planteamiento que trasladó en la tarde de este jueves el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, a los ibicencos a través de una comparecencia ante los medios, después de haber mantenido varias reuniones con entidades y administraciones.

Marí dio por perdidos mayo y junio. «Lo mejor que nos podría pasar es abrir en julio y poder alargar la temporada y abrir con normalidad en 2021».

Este es el escenario más positivo que maneja el Consell y que parece más un deseo que una realidad. «Mientras no haya aviones volando y barcos llegando al puerto de Vila, no habrá temporada», sentenció.

Ante este escenario, vaticinó «ciento de millones de euros en pérdidas o quizá miles en el conjunto de Baleares».

Negro panorama
«Situación de excepción», «consecuencias desastrosas», «situación muy compleja», «travesía en el desierto» fueron algunas de las afirmaciones con las que el presidente del Consell preparó ayer a los ibicencos para lo peor. «Hay que ser realistas» y «hay que estar unidos».

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En el ámbito de sus competencias, Marí anunció un Consell d’Alcaldes para el próximo martes para analizar un primer paquete de medidas de urgencia valorado en cuatro millones de euros, gracias a la liberación del 20% del superávit de 2019 aprobada el miércoles por el Gobierno. Irá «íntegramente» a personas más desfavorecidas. Medidas sociales para colectivos vulnerables y en riesgo de exclusión social.

Enumeró las personas sin techo, las mujeres maltratadas y los discapacitados, como principales colectivos a los que irán destinadas las medidas a concretar con los alcaldes.
Otra parte de su intervención se centró en reclamar al Gobierno de Pedro Sánchez medidas excepcionales para Ibiza y para el conjunto de las islas Baleares y Canarias ante el elevado peso del sector turístico en todas ellas. «Aquí prácticamente no tenemos nada más que turismo», recordó una vez más.

Sin especificar qué medidas estaba reclamando, pidió «dinero, recursos para la travesía en el desierto» que han empezado a transitar los ibicencos.

Pidió que fueran «medidas ambiciosas» y recordó que «siempre hemos sido solidarios con el conjunto de los españoles» para justificar el esfuerzo específico «para territorios insulares».

Aventuró que dicho paquete de medidas «se amortizará» cuando la economía de las islas se reactive.

No cerró la puerta a una reducción de sueldos de los políticos. «Todo se pondrá sobre la mesa porque lo sufrimos todos».