Toni Riera, en su casa de campo. | DANIEL ESPINOSA

Las últimas semanas han sido de vértigo para Toni Riera. Si el pasado día 9 de marzo fue elegido nuevo presidente de la Federación Insular del Taxi de Ibiza, tres días más tarde nació su segunda hija. Ahora están todos en su casa de campo. «La niña aún no ha visto la calle, pero, por suerte, no se entera». Tanto ella como su mujer se encuentran bien y eso es lo más importante. Ahora le quedan por delante casi cuatro años de mandato que no se presentan nada fáciles, vista la situación del sector y la crisis del coronavirus.

— ¿Cómo están siendo sus primeras semanas como presidente de la Federación? Le ha tocado un momento difícil...
—De momento, sólo llevo un mes y hay muchísimo trabajo con todo lo que está pasando con el coronavirus y cambios diversos en el trabajo en cuanto a la gestión, las modificaciones de los horarios y otras tantas cosas. Mucho lío, la verdad. Mucho lío.

—¿Cómo ha cambiado la situación del sector con el coronavirus?
—Muchísimo. A día de hoy, ya nos ha afectado en que, dentro de que era temporada baja, más o menos se estaba trabajando lo normal para poder ir subsistiendo, como se trabaja en invierno, y ahora… Ya de por sí se estaba haciendo muy poco y luego el Gobierno lo limitó a sólo poder trabajar un 20 por ciento del tiempo que se trabajaba antes, así que lo que estamos haciendo es cubrir servicios mínimos.

—En efecto, un 20 por ciento de la flota está trabajando diariamente. ¿Cómo se subsiste en una situación así, teniendo en cuenta, además, la poca gente que hay por la calle?
—Muy mal. Ahora mismo, cada taxi está perdiendo dinero. Si en invierno, ya te cuesta llegar a fin de mes y lo compensas con lo que se hace en verano, imagínate ahora que no se está trabajando. Estos meses no se llega a fin de mes. Con vistas a verano, la cosa tiene mal aspecto. El taxi en Ibiza vive del turismo única y exclusivamente. El turismo este año pinta muy mal, porque nuestros principales clientes son el mercado británico y el alemán, que van con semanas de retraso respecto a nosotros. Las noticias hablan de que los británicos piensan estar confinados hasta septiembre-octubre, los alemanes les han dicho a sus ciudadanos que no busquen vacaciones de momento y luego está el sector italiano, que es el único que va por delante de nosotros, pero también está complicado el asunto. Los hoteleros aquí están hablando de intentar salvar la temporada con el turista español, pero el turista español, para el sector del taxi, representa muy poco. Podría ser el 10 por ciento de los clientes que tenías al día, pero normalmente trae su coche de la península o tira de rent a car y no suele usar el taxi salvo por la noche si ha bebido. Si el sector del taxi tiene que vivir del turista español este verano, ojalá me equivoque, pero tampoco nos va a dar.

—¿Cuántos taxistas prevé que se tengan que acoger a un ERTE?
—Es complicado de decir. En los últimos años estábamos reforzando plantilla, porque ha habido mucho más trabajo y los chóferes hacían muchas horas, pero con más descansos. Ahora, como había mucho más trabajo, se estaban reforzando las plantillas y se tenían tres chóferes por taxi para hacer menos horas y tener días libres. El ERTE sólo se aplica a los fijos o a los fijos discontinuos. El ERTE implica que pagas la Seguridad Social del trabajador y no lo contratas. Entonces, yo creo que algunos de los fijos, sí; de los fijos discontinuos, no sé… Es complicado. Lo que sí me imagino es que antes había algunos propietarios que, por familia, echaban menos horas y este año tendrán que hacer más y prescindir de algún trabajador, porque, si no, no va a dar.

—¿Ha calculado las pérdidas que ha supuesto para el sector este mes de estado de alarma y lo que puede suponer de aquí a final de año?
—En términos económicos, el mes de abril no solía ser un mal mes, porque coincide con la Semana Santa y empezaban a venir turistas. Imagínate. Se empezaba a mover la cosa y, sin embargo, estamos trabajando al 20 por ciento de un mes de invierno, cuando realmente no viene nadie. Las pérdidas de este mes son muy grandes. Lo que pueda venir en adelante es hacer cábalas, pero lo que no se haga en verano no se va a hacer ya, porque de octubre a diciembre no se suele hacer nada. El verano pinta mal.

—Y la propuesta de alargar la temporada, ¿tampoco la ve factible? ¿Cree que la gente vendrá en esas fechas a Ibiza?
—Ese es el asunto. Ojalá que sí y ojalá que la temporada se pueda alargar. Yo pido a quien dependa, que lo haga. Si puede ser, que lo haga. Pero ¿cómo alargas la temporada en octubre y en noviembre? A mi modo de ver, el turista que viene aquí es por una combinación de cosas. Viene porque hay buena gastronomía y buenos restaurantes, porque hace buen tiempo, porque las playas están muy bien y muy bonitas y muy cuidadas, porque todos los hoteles están abiertos y porque hay una oferta de ocio nocturno amplia y variada. Por lo tanto, mejor cuantos más factores pueda haber de esa ecuación. El tiempo en noviembre no invita mucho a ir a la playa, pero si están la gastronomía, los hoteles abiertos y la oferta de ocio nocturno, quizá sí. Lo que pasa es que la gente suele venir en vacaciones de verano. A ver cuánta gente puede cogerse vacaciones para venir aquí en noviembre. A lo mejor, podría haber picos de trabajo los fines de semana. Ojalá. Más vale trabajar tres días que ninguno, pero yo lo veo complicado. Pero ojalá que se pueda alargar la temporada y hacer algo este año, porque el sector del taxi, como lo vemos mal, la estamos dando casi por perdida. Ojalá me equivoque.

—Pero no tiene cifras de las pérdidas económicas que ha supuesto al sector hasta el momento y lo que puede suponer en adelante...
—No. Podría comprarlo al terminar el mes de abril, pero, por las cuentas que hemos hecho en la base, será un 90 por ciento menos. Sin exagerar.

—¿Es necesario atender las demandas del sector cuanto antes o hemos de esperar a que pase este problema?
—Para hablar de todas estas cosas, lo suyo es poderse reunir, plantear cosas y poder llegar a acuerdos. Por poder, se podría hacer si nos pudiéramos reunir y hablar, pero no pasa nada por esperar.

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—¿Quedan muy lejos, por tanto, demandas como el GPS único y la actualización de la ley de carga y descarga?
—Ahora mismo no están entre las prioridades, porque estamos intentando salvar la temporada, pero se puede hablar de todo. No obstante, repito que no está en las prioridades. Hay que ver cómo gestionamos este verano de la mejor manera posible para todos.

—¿Cómo están las relaciones con las instituciones últimamente? ¿Habéis mantenido alguna reunión por vía telemática?
—No. Las relaciones durante este mes que llevo de presidente de la Federación han ido bien. He hablado con el conseller y con el concejal de Movilidad las veces que ha hecho falta por teléfono. El asunto es que tampoco es que tenemos reuniones constantes, porque ellos están para gestionar otras cosas de más actualidad. Sí les pedimos que miraran el asunto de las estacionales y lo han hecho, pero, si no hubiéramos tenido el estado de alarma, nos habíamos reunido más veces en el Consell o en los ayuntamientos.

—Hay taxistas que están pidiendo suspender las licencias de taxis estacionales este año mientras que la Federación ha solicitado que se cancelen. ¿A qué cree que puede deberse que reclamen esto?
—Deben de ser taxistas más optimistas. Esperan que haya una temporada mejor, que pueda reactivarse esto en algún momento y que puedan hacer falta los estacionales. Les da miedo que, llegados a ese punto, se queden sin poner. Quizás es un poco precipitado decidirlo a 15 de abril, pero los estacionales tendrían que empezar el 15 de mayo y tienen una preparación previa, tanto física como de papeleo, y por eso pedimos que las cancelen ya viendo las previsiones que hay. ¿Que prefieres suspenderlas? No depende de nosotros, pero creemos que es un error, porque, si las suspendes con una fecha de reactivación, puede haber gente interesada y puede exigir que se pongan en ese momento sin que la situación haya cambiado. Otra cosa es que se dejaran en suspenso a la espera de ver si la cosa mejora y se pudiera alargar la suspensión hasta el final en caso de seguir igual y no se pusieran. No estamos cerrados a eso, pero, viendo las previsiones que hay, ni siquiera se podrá en agosto, cuando se espera entre un 20 y un 25 por ciento de los turistas que vinieron el año pasado.

—¿Cuándo cree que se resolverá este asunto? ¿Habrá o no habrá estacionales este año? ¿Cuáles son los plazos?
—Los taxis estacionales tendrían que empezar en varios municipios el 15 de mayo y en los otros empezaban en junio. Falta menos de un mes para eso. Yo no veo que, dentro de un mes, hagan falta más taxis cuando ahora estamos al 20 por ciento de la flota de taxis fijos. Me parece un disparate poner más taxis el 15 de mayo cuando, a lo mejor, seguimos en estado de alarma. Como mínimo ya tendrían que avisar de que se van a suspender un mes más, pero aún nadie ha dicho nada y esto tiene que estar funcionando dentro de un mes.

—¿Opina entonces que habrá licencias estacionales este año?
—Yo lo que creo es que no debería haberlas. Otra cosa es que aún nadie ha dicho que no vaya a haberlas. Nosotros lo hemos pedido, pero nadie nos ha contestado. Seguimos pendientes.

—La asociación de taxis de Formentera se unió a la Federación últimamente. ¿Cuáles son las particularidades que afronta esa isla?
—Quizás porque son menos, se entienden mejor y más rápido y hacen las cosas bastante bien. Tienen un contacto bastante directo entre la asociación del taxi de allí y el Consell y los ayuntamientos y van bastante a una. En la última mesa de transporte, su conseller dijo que ellos sí que ya han cancelado las estacionales. Lo que han dicho es que las cancelaban y que si, en algún momento, veían que hacían falta, lo hablarían con los taxistas y se pondrían sin problema.

—Eso es lo que piden ustedes...
—Más o menos es lo que sugerimos nosotros, pero ellos lo han vinculado a lo que crean los taxistas si ven que la temporada de repente se activa y no se da abasto con los que hay.

—¿Qué me dice de las VTCs? ¿Vendrán este año?
—Esa es toda una incógnita. Las VTCs de fuera venían porque aquí había un filón de trabajo que quizá en sus zonas no tuvieran y este verano venir aquí implica una serie de gastos que no creo que quieran asumir para no trabajar. Considero que, como va a venir poco turismo aquí, en general va a venir poco de todo lo relacionado con el turismo.

—Por último, cuénteme una primicia si es tan amable...
—Hay una cosa de la que no se ha hablado mucho, pero nosotros estamos también peleando con las mutuas para tener la ayuda que el Gobierno facilita a los autónomos. Hemos estado tratando de esto bastante rato con la Federación balear. Una serie de autónomos entendemos que nos podemos acoger a la ayuda y las mutuas dicen que no: que sólo lo podemos pedir por la reducción del 75 por ciento de la facturación. Estamos peleando, pero aún no se ha llegado a un acuerdo. Estamos ayudando a nuestros asociados en sus dudas y la Federación balear nos asesora desde Palma. De momento, no se aclaran las mutuas ni el Gobierno balear y seguimos peleando, porque no lo tenemos nada claro.