La restauración de Ibiza se adapta poco a poco a su nueva realidad. | DANIEL ESPINOSA

Este lunes comenzó la fase cero en Ibiza y con ello un nuevo panorama para las cafeterías y los restaurantes que abran ofreciendo servicio para llevar. Serán solo siete días porque, si todo va según lo previsto, el próximo lunes la mayor de las Pitiusas dará el salto a la fase 1 en la que las condiciones para abrir cambiarán y serán, tal y como aseguró a Periódico de Ibiza y Formentera, Joan Riera, presidente de PIMEEF Restauración, «el inicio de una realidad completamente distinta a la que habíamos vivido hasta ahora».

Riera está convencido que la población se acostumbrará «igual que cuando se prohibió fumar en los locales». Entre estas medidas estarán mantener la distancia de dos metros entre mesas y limitar el aforo al 50% de la sala. Y ello, según el veterano restaurador «hará que se instauren distintos turnos para reservar mesa y mejore la calidad del servicio y la comodidad del cliente».

Sobre la situación de los meses venideros, Joan Riera prefiere ser «cauteloso» aunque insiste «en que puede ser una buena oportunidad para reinventarse». En este sentido, propone al Consell d’Eivissa y a los ayuntamientos de la isla «repartir los eventos» que no se hayan celebrado durante los próximos meses y hasta el comienzo de la temporada de 2021 «para volver a a atraer turistas». Una idea que, según sus palabras, «hará que muchos restaurantes abran más días a la semana, repercutiendo directamente en la contratación de empleados».

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Tal vez para ver esto habrá que esperar. Ayer en Sant Jordi, Es Timbal y Aranam, daban los últimos retoques para abrir el lunes pero con servicios mínimos. En el primero Sonia aseguró que de momento trabajará únicamente la familia, y en Aranam Fanny Tur, esperará «a ver cómo van las próximas semanas con sólo cinco mesas en la terraza y un nuevo servicio de comida para llevar», para intentar reincorporar a los trabajadores que ha incluido en un ERTE.

Ambos son «moderadamente» optimistas. «Hay mucha gente en la calle y nuestros clientes fieles nos preguntan a diario cuándo volveremos a ofrecer nuestros menús caseros y nuestras tostadas», aseguró Riera. Mientras, Sonia cree que, «aunque va a ser como un invierno malo porque nuestros clientes fijos suelen ser trabajadores que viven del turismo, seguro que acabamos saliendo de esta».

Mientras todo esto llega, algunos locales poco a poco están abriendo ofreciendo productos para llevar. En Green Market, en la plaza de Sa Graduada de Vila, Chayma vuelve a servir cafés, zumos, bollos o bocadillos a muchos clientes pero ahora con mascarilla, guantes, gorro y hasta bata desechable. «El lunes volvimos y nos sorprendió ver tanta gente porque nosotros nos hemos convertido en un lugar muy querido por los trabajadores que hay en esta zona y ahora ha bajado mucho el movimiento», explicó Chayma a Periódico de Ibiza y Formentera entre cliente y cliente. Relativamente cerca, en el 18 de la calle Madrid, otros que se han reinventado, al menos durante esta semana, es la cafetería Es Tap Nou. Ellos han instalado una barra improvisada, creada con mesas, donde atiende amablemente María Elena. Allí todo se hace respetando al máximo las distancias, desde coger el café hasta pagar, pasando por echarse el azúcar o llevarse el bollo y la tostada. «Se hace un poco raro trabajar en una cafetería sin tener apenas contacto con el cliente pero todos tenemos que estar concienciados de que tenemos que ser muy cuidadosos si queremos poder disfrutar del futuro», confirmó a este periódico.