«Salgo solo con 20 euros en la cartera y a ver lo que me encuentro. Esperaba con muchas ganas que llegaran las rebajas pero este año apenas podré gastarme más que eso porque sigo sin cobrar el ERTE que nos han hecho en la empresa donde trabajo y ahora lo principal es llegar a fin de mes». Estas declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera de David, un joven de 32 años en compañía de su pareja Paula reflejan a la perfección lo que se está viviendo en Ibiza durante los dos primeros días de rebajas.

La crisis económica que ha dejado el coronavirus en la isla, los retrasos a la hora de cobrar los ERTES y la incertidumbre laboral en trabajos relacionados con el sector del turismo, están haciendo mella entra muchos ciudadanos repercutiendo directamente en los comercios. «Es cierto que necesitaba comprarme cuatro o cinco camisetas pero si el año pasado lo hacía sin problemas, este verano me andaré con mucho más ojo porque apenas me queda dinero en mi cuenta corriente», confirmó Micaela, trabajadora de un chiringuito de playa que acaba de abrir sus puertas hace apenas unos días.

Otras dos amigas, Laura y María, también lo tenían claro mientras salían de una conocida tienda de moda y complementos. «Este año ya sabemos que no podremos renovar parte de nuestro vestuario como hacemos en otras rebajas porque nos toca apretarnos seriamente el cinturón y ahorrar para ver como terminamos la temporada y como afrontamos el otoño y el invierno que me da que va a ser muy complicado».

Mientras, los hay que directamente van a lo que necesitan sin pensar en nada más. «Mi hija Lucía necesita sandalias de verano porque está en una edad en la que no para de crecer y en otras circunstancias seguro que hubiera caído algo más pero este año me he prometido a mí misma que solo gastaremos lo imprescindible hasta que todo esto repunte y el SEPE me ingrese lo que me debe de los meses de mayo y junio», contó Manuela, una gaditana de 34 años afincada desde hace siete en la isla.

Esta situación tan atípica se nota mucho en el ambiente que muestran las grandes tiendas de importantes franquicias situadas en la calle Bartomeu Roselló, una de las principales arterias económicas de la ciudad de Ibiza. Otros años hubiera sido complicado entrar en la mayoría por el volumen de gente pero ayer los clientes podían consultar las prendas y buscar sus tallas sin problemas de agobios. «No me esperaba que el cambio fuera a ser tan marcado porque aunque con el coronavirus se ha notado un descenso de ventas muy grande esperábamos que en las rebajas se notara menos y viniera más gente a comprar», explicó ayer una dependienta de una gran franquicia a Periódico de Ibiza y Formentera . «De hecho, fíjate como está el tema que ahora tenemos tiempo para colocar las prendas y ponerlas en cuarentena cuando esto, en junio del año pasado, hubiera sido algo totalmente impensable», concluyó con una gran sonrisa.

Pequeño comercio

Eso entre las grandes franquicias pero la ciudad de Ibiza también tiene un amplio volumen de pequeño comercio que lucha por salir adelante tras la crisis del coronavirus. Muchas de estas tiendas realizan rebajas importantes y aunque son conscientes de la dificultad de luchar contra grandes marcas y contra las compras que se hacen a través de Internet, mantienen el optimismo por poder repuntar durante los próximos meses.

«La cosa está bastante mal, no te voy a engañar, pero lo último que se puede perder en este trabajo es la ilusión y yo sigo siendo optimista pensando que pronto veremos la luz al final del túnel y que la gente se seguirá acercando a las tiendas del barrio para hacer sus compras aprovechando las rebajas», explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera Pepi, dueña de la tienda de ropa y zapatos infantiles Petri-mom kids, situada en el número 15 de la calle Bisbe Huix.

Lo mismo piensa Charly, encargado de la tienda Ibiza Pimp, especializada en zapatillas de todo tipo y ropa deportiva. «Es cierto que estamos notando que la gente viene un poco menos y que busca mucho más las rebajas y las últimas tallas pero seguimos siendo positivos porque a pesar de lo mal que están las cosas con la llegada del coronavirus afortunadamente siguen entrando clientes aunque sea de muy poco a poco».

Por su parte, Mari Carmen de Pequets, calzats i complements, aprovecha las dos tiendas que tiene, una al lado de la otra, para intentar tirar para adelante. En una de ellas ofrece productos a precio outlet y en la otra a precios normales «aunque también asequibles para todos los bolsillos».

En su caso, según explicó ayer a este periódico se ve «algo beneficiada» por vender productos que siempre se necesitan. «Estamos pasando una crisis económica muy importante porque mucha gente apenas tiene ingresos pero al final los niños crecen y siempre necesitan unas zapatillas, una camiseta o un pantalón y aunque he notado que la gente mira mucho más el bolsillo a la hora de comprar el tener este tipo de productos nos está ayudando a mantenernos en un momento tan duro como este». Además a Marí Carmen también le anima el ver que ha conseguido sacar a su empleada del ERTE y ver «que la gente de toda la vida sigue acudiendo a comprar aunque sea con mucha más cautela».

Por último las hay como Yolanda, de la tienda Danna’s, también en la calle Castella. Ella ha optado por reciclarse e innovar, Desde que abrió el pasado 11 de mayo «y viendo como se presentaba la temporada» ha decidido poner todas las prendas y complementos a un precio único de 15 euros. «Mi objetivo de esta temporada es mantenernos, no perder mucho más dinero y llegar a la temporada de otoño-invierno de la mejor manera posible, y por eso he decidido lanzar esta campaña pesando también en la gente que no tiene tanto dinero y necesita renovar su armario o quiere darse un capricho que nunca viene mal».