Con mascarilla pero con el mismo espíritu de calidad y producto artesanal volvió el mercadillo de Sant Joan que normalmente abre todo el año. | Arguiñe Escandón

En formato reducido, con control de aforo pero manteniendo su esencia. Sant Joan volvió a ver actividad en sus calles ayer domingo con el mercadillo artesanal. En total se han autorizado 50 puestos con aforo controlado para evitar aglomeraciones.

A pesar de las mascarillas y el calor, que ayer superó los 30 grados, muchos turistas e ibicencos se acercaron a pasear entre los puestos de ropa, joyería, arte, bebidas o cosmética ecológica.

Marco, vecino de Sant Joan, echaba mucho de menos el mercadillo. «Hay poca gente dedicada al producto local de calidad en Ibiza», se lamentaba. Ese producto es lo que dice encontrar en el mercadillo de Sant Joan. Sin embargo, ayer no encontró todo lo que buscaba: «¿Volverá la señora que vendía verdura ecológica?». «Vendrá la semana que viene», le explicaba María del Mar Andrés, la presidenta de los comerciantes y artesanos del mercadillo.

Debido a las limitaciones establecidas por la Covid-19, el centenar de comerciantes y artesanos que participan todo el año en el mercadillo tendrán que turnarse cada semana. Los que no tenían ayer el puesto participaron en las tareas de seguridad y control.

Noticias relacionadas

Vigilancia en todos los accesos, gel hidroalcohólico en cada uno y gente controlando que se cumplía con el uso de la mascarilla. Además, se han instalado toldos para paliar la canícula. «Tenemos más medidas que ningún mercadillo. Hasta una persona en los servicios que los limpia cada vez que entra alguien», precisó.

María del Mar explicó lo complicado que ha sido reabrir el mercadillo, seis meses ha estado sin actividad. Explica que muchos comercios, restaurantes y hoteles de los alrededores pedían que se abriera. «La gente viene aquí por la mañana y ya se queda por la zona a comer. Es un mercadillo importante para que haya movimiento económico», apuntó María del Mar.

Entre los artesanos, Mimi, se mostraba gratamente sorprendida con el movimiento: «Está yendo mejor de lo que esperaba». Sabe que no será un año como los otros, «pero los pocos turistas que vienen tienen solo playa y mercadillo».

Los domingos, Sant Joan vuelve a ser una opción interesante y con mucha seguridad.