Las presidentas de los consell de Mallorca, Formentera y Menorca posan con Armengol.

Vicent Marí no se anduvo con rodeos y aseguró ayer que la situación sociosanitaria en Ibiza «es preocupante». Tras la Conferencia de Presidentes, en la que participó de manera telemática al continuar guardando aislamiento por un contacto con un positivo, el presidente del Consell d’Eivissa confesó que había solicitado a la presidenta balear, Francina Armengol, que se realice un cribado masivo a toda la población para ayudar a «frenar la curva».

La crisis de la COVID-19, como no podía ser de otro modo, fue el eje central sobre el que pivotó este encuentro que se celebró ayer en Mallorca y en el que estuvieron presentes la presidenta del Govern, Francina Armengol, y la presidentas de los consells insulares de Mallorca, Menorca, y Formentera, Catalina Cladera, Susana Mora, y Alejandra Ferrer, respectivamente.

Marí, en su valoración, insistió en que los contagios en Ibiza «no están disminuyendo» y en que es necesario adoptar medidas que permitan mejorar la situación. Así pues defendió que un cribado masivo permitiría evitar que «el que está infectado y no lo sabe, pueda ir por las calles contagiando a otras personas».

El presidente ibicenco se mostró preocupado por la llegada del frío que puede hacer que la COVID-19 se junte con la gripe provocando una «situación sanitaria compleja con la saturación de los hospitales».

Para este cribado masivo que sugiere, Marí piensa en los test de antígenos con los que se ha hecho recientemente el Govern y que permiten conocer los resultados más rápidamente. No es la primera vez que desde el Consell d’Eivissa se reclaman este tipo de pruebas para controlar la enfermedad. «Hay que tomar decisiones valientes e ir un paso por delante», insistió Marí, quien añadió que si se termina haciendo este cribado también habría que hacer pruebas en puertos y aeropuertos: «No tendría sentido controlar la enfermedad aquí y dejar entrar a la gente sin ningún tipo de control en la islas». Además, recordó que el hecho de ser islas también ayuda a «tener un mejor control del flujo de personas».

«Es una decisión que depende del Govern, pero nosotros ya le hemos transmitido que contarán con todo nuestro apoyo si deciden hacerlo», aseveró el presidente ibicenco. El popular señaló que todo esto viene de la mano de volver a convertir las islas en «un destino seguro». «Si queremos ser un destino seguro y tener corredores con otros países, primero tenemos que controlar la situación en nuestras islas. No podemos pasar el invierno con un aumento de casos continuo», sentenció.

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No fue el único aspecto que valoró Marí tras la reunión. También habló de la situación económica y la necesidad de «medidas paliativas» para «un invierno que será duro en lo social y lo económico».

Entre otras cuestiones, también se ha tratado la nueva Ley de Consells y la financiación de cara a 2021, para la que Marí insistió en la necesidad de permitir a las entidades locales el uso de sus remanentes.

Una ley para Formentera
Por su parte, Alejandra Ferrer, además de todo lo relativo a la situación sanitaria, destacó el punto relacionado con la Ley de Consells. La presidenta formenterera habló de «la necesidad de que haya una parte específica para Formentera teniendo en cuenta que esta ley nos tiene que ayudar a aclarar diferentes problemáticas que tenemos como la administracion doble de Consell y Ayuntamiento».

Ferrer no ocultó que el invierno también «será duro» para Formentera y destacó la importancia de «todas las ayudas que serán necesarias para las familias y los empresarios», como la necesidad de prorrogar los ERTE o «acelerar el ingreso mínimo vital».

La presidenta señaló que otro de los temas tratados tuvo relación con «las diferentes posibilidades de financiación a través de los fondos europeos, el Plan de Sostenibilidad Turística o del Plan de Sostenibilidad y Eficiencia urbana del Govern».

Por último, otro de los puntos más importantes de esta Conferencia de Presidentes recayó exclusivamente sobre Mallorca, ya que el Govern inició el procedimiento para traspasar las competencias en ordenación turística al Consell mallorquín, el único que aún no las había asumido.