Por Ibiza proliferan los carteles como estos en viviendas y locales. | DANIEL ESPINOSA

La llegada del coronavirus, el primer estado de alarma, los meses de confinamiento y las medidas decretadas por el Govern para frenar el avance de la pandemia entre los ciudadanos parece que por fin ha hecho que los precios de los alquileres anuales estén bajando en Ibiza. A pesar de que la sensación, según se puede ver en distintos grupos de las principales redes sociales y en los carteles de los escaparates de las inmobiliarias, es que todo sigue igual, distintas fuentes aseguraron ayer a Periódico de Ibiza y Formentera que el precio medio ha descendido en torno a un 20% en los últimos meses.

Jeffrey Fernández de Bobadilla, delegado en Ibiza y Formentera del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API), explicó que ahora hay más inmuebles que se ofertan que hace un año, antes de que el coronavirus hiciera su aparición. Según sus palabras, lo normal ahora es encontrar un piso de una habitación a partir de 800 euros, uno de dos habitaciones desde 1000 euros y de tres a partir de 1200 euros mensuales. Sin embargo, estos precios dependen de muchos factores, entre ellos el estado en el que se encuentra el piso, el mobiliario que ofrece o la zona en la que está ubicado.

Estos precios suponen, según Fernández, un descenso, «aunque menor del que mucha gente esperaba ya que siempre se busca lo más barato en las mejores condiciones posibles». En este sentido, el delegado de API en las Pitiusas, aseguró que se ha producido un cambio de rol «y ahora es el inquilino el que está en la posición de fuerza porque puede empezar a exigir una bajada del precio de los inmuebles ante el interés y la necesidad que tienen algunos propietarios de alquilarlos».

En este sentido, Fernández aseguró que en el mercado se ha notado que hay más movimientos de inmuebles. «Poco a poco van saliendo más viviendas para todo el año porque hay muchos propietarios que se han dado cuenta que es inviable seguir teniéndolos guardados para los trabajadores que vienen a hacer la temporada y empiezan a ver que es mejor tenerlo alquilado todo el año aunque sea ganando un poco menos de dinero». Aún así, también hay quien aguantará «porque no tiene necesidad».

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Por último, desde la API también confirmaron que se ha notado cierto aumento de las personas que se acercan hasta las inmobiliarias preguntando por pisos aunque Fernández también confirmó «que cada vez hay una mayor importancia de los particulares, las redes sociales e internet».

«Están cambiando las normas»
Mientras, algunas inmobiliarias preguntadas por Periódico de Ibiza y Formentera también aseguraron que están cambiando las formas a la hora de alquilar inmuebles en las Pitiusas.
Desde Ibiza Agents Real State, también confirmaron el descenso en torno al 20% en los precios de los alquileres y Jenifer Tortosa de Ibiza Domo explicó «que cada vez más se busca seguridad a la hora de dar las llaves de tu casa a una persona, priorizando que sean funcionarios y gente con contrato fijo sin que, a priori, te pueda dejar tirado sin pagar el alquiler con lo mal que está la economía y lo que queda por venir».

En este sentido, Tortosa aseguró que cada vez son más importantes los seguros de impago y que se ha extendido la sensación de que «todo aquel que a día de hoy quiera alquilar todo el año con un mínimo de condiciones de seguridad, tiene que bajar los precios e ir ajustándose a lo que hoy por hoy demanda la sociedad».

Mientras, las pequeñas empresas que se mueven con un público más familiar y estable, como es el caso de Belén Boned de Palava i Carabassó, aseguraron haber notado que la gente busca con ganas «algo un poco mejor y con precios más asequibles para su nueva situación económica». De hecho, a Belén ayer mismo la llamaron tres personas en apenas unas horas buscando pisos pequeños.

Sin embargo, en su caso, se ha encontrado con que sus inquilinos no se mueven de donde están, «porque nuestros precios están muy ajustados a lo que ofrece un mercado desfasado» y porque han conseguido, en algunos casos, llegar a acuerdos «para ajustarse a la mala situación económica que están viviendo a causa del coronavirus».