Feria de Navidad con aforo limitado pero con largas colas sin distancia social. | Paco S. Pérez

Calle es Cubells. 18.30 horas de ayer. Una cola de más de doscientas personas se despliega junto al perímetro de la Feria de Navidad, un clásico de las fiestas navideñas de Ibiza que hasta hace unas semanas estaba en el alero por las restricciones impuestas para combatir la pandemia. Finalmente, el recinto cobró vida la semana pasada, pero con el fin de semana han aflorado los problemas con largas colas en las que impera el uso de mascarillas pero también la falta de distancias de seguridad.

El recinto que ocupa la Feria de Navidad es el mismo de otros años pero se ha reducido notablemente el número de atracciones. Este año hay siete atracciones y cuatro paradas de comida. Según apuntó un trabajador de la feria, lo normal en ediciones anteriores era montar una veintena de atracciones.

La otra gran novedad impuesta por las restricciones es el vallado que cierra el recinto y el control de acceso. El recinto tiene un aforo máximo de 290 personas que se controlan a través del acceso de entrada y salida. «Las entradas dependen de las salidas que se produzcan porque no podemos superar el aforo. Dentro también hay números de seguridad para acceder a las atracciones», señala uno de los controladores del recinto.

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El problema viene dado por las largas esperas que se producen en el exterior a partir de que el recinto tiene su aforo máximo lleno. «A media tarde la cola se va alargando y, quieras o no, como vienen en familias o grupos la gente se va juntando», apuntó uno de los jóvenes que se encargan del acceso al recinto.

La situación se complicó especialmente la tarde del sábado, primer día fuerte de la Feria de Navidad. «La gente iba viniendo y desconocía lo del aforo cerrado. Se iban impacientando y mantener las distancias era muy complicado. Finalmente tuvieron que venir varias patrullas de la Policía Local de Ibiza y de la Policía Nacional para poner orden», apuntó uno de los feriantes.

Carlos, vecino de Sant Jordi, era una de las muchas personas que ayer hacía cola junto a su familia. «Es un poco pesado porque hay mucha gente y vas con niños, pero esperaremos y haremos la cola disfrutando de unos churros», indicó.

«Al final hemos estado una media hora de espera. Creo que esta situación se dará principalmente los fines de semana», añadió Carlos.