Así quedó el escaparate. | Arguiñe Escandón

La policía nacional está investigando un nuevo asalto a la boutique de lujo. En este nuevo asalto no se ha producido robo alguno, sino todo lo contrario: han aparecido los relojes sustraídos el pasado jueves en perfecto estado. Se da la circunstancia de que dichos relojes se encontraban adelantados doce y ocho minutos respectivamente en el momento del robo, tras su aparición se ha detectado que se han puesto ambos en hora.

Los responsables, que hicieron uso de la misma técnica a base de martillazos sobre el nuevo cristal, recién puesto, del escaparate para devolver el botín, dejaron los relojes perfectamente colocados y puestos en hora. Junto a ellos dejaron una postal navideña y cuatro caramelos, uno de los cuales con claras muestras de haber sido rechupeteado previamente.

La felicitación navideña contaba con una postdata en la que se lamenta lo sucedido a la vez que considera “inaceptable que unos relojes tan buenos y bonitos no dieran la hora correctamente”, por lo que no tuvieron más remedio que “actuar de manera contundente”.

Los investigadores ya están haciendo sus pesquisas para detectar a maniáticos, raritos y tiquismiquis de la hora con el fin de dar con las personas responsables de estos hechos. “Cualquier persona obsesionada con la hora es susceptible de ser investigada”, asegura el responsable de la investigación antes de preguntar la hora y marcharse a la carrera al grito de “¡Joder, otra vez voy tarde!”. En paralelo se ha montado un dispositivo especial con cuatro brigadas de élite que trabajarán de manera intensiva para investigar la más que probable relación que pudieran tener estos hechos con la fecha de publicación de los mismos, así como la falta de seriedad del personaje que lo firma.

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