Los tres bares que circuandan el Mercat Nou permanecen cerrados. | DANIEL ESPINOSA

Tras las fechas navideñas y el repunte económico que conllevan para el pequeño comercio llega la cuesta de enero. Estas fechas suelen caracterizarse por una importante bajada del consumo que, básicamente, afecta a espacios tan populares como los mercados.
Este es el caso del Mercat Nou en Vila. Tras haber salvado las atípicas fechas navideñas, le toca ahora vivir el bajón que anualmente se produce en esta época del año. Una bajada que, esta temporada, se ha visto agravada por las restricciones impuestas por las administraciones al sector de la hostelería.
Y es que, aunque no lo parezca, los bares dan mucha vida al Mercat Nou. Y la afluencia de usuarios, a su vez, se traduce en ventas.
Para Juan Torres, de Frutas Catalina, el mercado ha vivido tiempos mejores tanto en afluencia de público como en volumen de negocio. «Las ventas han bajado de forma general», aseguró Torres «han bajado aquí y han bajado en todas partes a causa de la pandemia». «Además ahora, con el cierre de bares y restaurantes, hay menos vida y menos consumo y eso se nota en todos los lados».

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Caída de las ventas
En este sentido reconoció que, en su frutería, la caída de las ventas está siendo superior al 20% y, pese a no poder optar a ningún tipo de ayudas por mantener su negocio abierto, «para estar encerrado en casa prefiero tener abierto y trabajar todo lo que se pueda».
Por su parte Encarna, carnicera de Carnes March, reconoció que hay bastante menos trabajo en los últimos días, «aunque no sé si es todo a causa del cierre de los bares o porque el mes de febrero históricamente es un mes flojo ya que la gente aún no ha empezado a trabajar y no tiene dinero».
Además, indicó que la mayor bajada en ventas se está produciendo entre semana mientras que los fines de semana «todavía se está manteniendo bastante vivo el negocio».
Margarita, propietaria de un puesto de frutería y congelados, coincidió en señalar que es entre semana cuando se está notando una mayor bajada de afluencia al mercado. «No se está notando tanto en la venta como en el paso de gente, al menos en mi caso», reconoció. «Los que vienen ahora lo hacen directamente para comprar, no es como antes que pasaban a mirar cuatro o cinco y de esos sólo compraba uno», explicó.
«Ahora viene directamente el cliente, compra y se va para casa. Entre que la gente no puede salir y que no puedes ir al bar a tomar café, no quedas con nadie. Vienes a comprar y te marchas», insistió. En este sentido «los bares ayudaban mucho a que hubiera más afluencia de gente por los puestos», recalcó Margarita.
Pero dentro de esta bajada más o menos generalizada en los puestos del Mercat Nou todavía queda alguna excepción.

Según explicó Clara, propietaria de una floristería, si que se está notando una bajada de la afluencia al mercado en las últimas semanas «pero la gente sigue viniendo a comprar porque tiene que comer». Sin embargo, según reconoció «en mi negocio estoy trabajando muchísimo» porque, pese a no ser presenciales, «estoy recibiendo muchos pedidos por teléfono».