Ángel Luis Guerrero, nuevo alcalde de Sant Josep.

«Me toca ponerme al timón de una nave que ya hace tiempo que tiene el rumbo marcado. Ahora cambia quién estará al mando de la tripulación pero los objetivos son los mismos y tampoco cambia el compromiso con nuestra ciudadanía». Con estas palabras, Ángel Luis Guerrero, desde el sábado a mediodía nuevo alcalde de Sant Josep, apuntaba el carácter continuista que tendrá su mandato ante la mirada atenta de su antecesor, Josep Marí Ribas Agustinet, «el mejor alcalde que ha tenido Sant Josep».

Guerrero arrancó su discurso confesando sentir «un poco de vértigo» ya que, según remarcó, «no es fácil coger el testigo después de su gestión, de su entrega a la institución y del inmenso trabajo que ha hecho a lo largo de los años» -en referencia a Agustinet-, quien abandonó el Consistorio tras ser nombrado conseller de Vivienda y Movilidad del Govern balear.

Guerrero prometió su cargo como alcalde de Sant Josep después obtener la mayoría en el pleno extraordinario celebrado ayer. El candidato socialista contó con once votos a favor, los de PSOE y Unidas Podemos, y 10 abstenciones -PP, Ciudadanos, Vox, Ara Eivissa y Proposta per Eivissa-.

En su discurso ante el plenario, Guerrero destacó el orgullo que supone trabajar para todos los vecinos de Sant Josep y resaltó el compromiso del equipo que le acompaña con el reto de «trabajar cada minuto para no dejar a ningún vecino atrás» en una etapa especialmente complicada por la pandemia. Remarcó el «apoyo y lealtad» mostrado por Unidas Podemos -socios de gobierno-, e hizo un repaso a las medidas realizadas desde el inicio de la pandemia para estar «junto a las familias y personas que más lo necesitaban».

Nuevos retos

Guerrero también esbozó una serie de «nuevos retos». En este sentido, apuntó la transformación del centro urbano de Sant Jordi y de la bahía de Cala de Bou y Port des Torrent, entre otros proyectos.

El nuevo alcalde, que continuará al frente de la Concejalía de Urbanismo, afirmó que no eludirá el compromiso de poner orden al «desbarajuste urbanístico» que todavía sufre el municipio, una situación que «sigue dando disgustos». Las «malas decisiones» adoptadas en el pasado las «acaban pagando» los ciudadanos con problemas de «difícil o nula solución» como los apartamentos Don Pepe, la falta de equipamientos y las continuas «agresiones» al territorio.

Afirmó no poder prometer que todo lo que haga «será del gusto de todos», pero incidió en que en sus decisiones buscará siempre «el bien común».

Asimismo, avanzó que la transformación del centro de Sant Jordi incluirá un nuevo centro cultural y la reforma de la plaza del pueblo.

En cuanto a la bahía de Cala de Bou y Port des Torrent, indicó que se revitalizará un espacio de 10 kilómetros poniendo por delante la «sostenibilidad y no la especulación».

El Guerrero más emotivo afloró en el tramo final de su discurso con palabras a Julia, su mujer, e hijos, Adrián e Iván, y a sus padres, Domingo y Encarna, «que vinieron buscando un futuro a Cala de Bou, y Sant Josep les correspondió», enfatizó.