Isabel Dorado, Antonia Colomar y Soledad Manzano. | Daniel Espinosa

La patología dual se puede definir como una enfermedad que designa la existencia simultánea de un trastorno adictivo y un trastorno mental, o la intersección de ambas disfunciones. Se trata de una enfermedad relativamente nueva ya que hasta hace pocos años a las personas que la sufrían se les trataba o bien como enfermedad mental o como adicción, pero no como algo conjunto. En Ibiza, desde hace tiempo, varias familias luchan contra esta enfermedad y desde diciembre del año pasado se han constituido como entidad.
La Asociación de Patología Dual de Ibiza y Formentera (Aspadif) nace con el objetivo de dar visibilidad a esta enfermedad, así como sensibilizar a la sociedad. También lucha por mejorar la calidad de vida de estos enfermos y ofrece atención, asesoramiento, reeducación y acompañamiento de las familias. Todo ello con el objetivo final de lograr la reinserción social y laboral para conseguir la autonomía personal de las personas que sufren la patología dual.
Al frente de Aspadif se encuentran Antonia Colomar, presidenta; Soledad Manzano, secretaria; y Isabel Dorado, tesorera. Tres madres que conocen el dolor que conlleva esta enfermedad y que luchan desde hace años por dar a conocer un problema que afecta a muchas familias. «Esta asociación sale del sentimiento que tenemos algunos familiares de que nos faltan medios y estamos bastante olvidados», resume Manzano.

El principal problema que se encuentran cuando busca nuevos recursos es que les piden el ratio, es decir, conocer cuántas personas sufren esta enfermedad en las Pitiusas. Por ello solicitan que los afectados se asocien para que las administraciones vean que se trata de un problema real que afecta a una parte importante de la sociedad.
En esta búsqueda para mejorar su situación, se han puesto en contacto con Proyecto Hombre, que actualmente solo tiene una unidad ambulatoria en Ibiza, para intentar conseguir una unidad de ingreso que permita ayudar realmente a las personas que tienen problemas de adicción. «Nos dijeron que les gustaría estar más presentes en Ibiza, pero que necesitan el apoyo de las instituciones y que de momento no puede ser porque un político les dijo que en Ibiza no teníamos problemas de drogas», asegura con resignación Manzano. «La isla de la fiesta y no hay droga», apostilla irónicamente Colomar.
Antes de estar constituidas como asociación, estas familias, a través del coordinador de Salud Mental, se pusieron en contacto con el Govern para hacerles llegar su problemática. Así se consiguió su primer gran paso: la Unidad de Patología Dual de Can Misses. Se trata de un servicio pionero en Baleares que bajo la tutela del doctor Álvaro Palma atendió a unas 80 personas durante su primer año de vida. Según los datos facilitados por el Área de Salud en julio del año pasado, en Ibiza se trataron 29 pacientes, mientras que en Formentera se valoraron 39. El equipo formado por el doctor Palma, el enfermero Javier Moreno y la terapeuta ocupacional Águeda Represa, había atendido por aquel entonces cerca de 1.000 consultas.

Desde Aspadif reconocen el servicio que ofrece esta unidad, pero dicen que no es suficiente: «Nace coja y es insuficiente. Falta un psicólogo y un monitor», asegura Manzano, que agradece el esfuerzo porque «nunca habíamos tenido nada». También piensan que se debería aumentar el horario de atención, actualmente solo es por la tarde, ya que se encuentra en el Hospital de Día y comparten zonas comunes con otros servicios.
Ingreso en Palma
Otra de las principales reivindicaciones de la asociación es la constitución de una unidad de ingreso de media y larga estancia. Un equipo que, según los planes de Salud Mental, se instalará antes de final de año en Mallorca con 15 plazas, cuatro de ellas para las Pitiusas. «Es totalmente insuficiente. La reivindicación de esta enfermedad ha salido desde Ibiza y nos dijeron que la unidad de ingreso iba a estar aquí», lamenta Colomar.
«Que se quede este servicio en Palma es doblemente doloroso. Necesitamos una unidad de ingreso de media y larga estancia aquí en Ibiza. Es muy complicado que el enfermo llegue al punto de reconocer que necesita un tratamiento, si le añades que se tiene que trasladar a Palma, lo hace mucho más difícil. Eso si consiguieses plaza, que no suele haber», añade Manzano.
Este es uno de los principales problemas que se encuentran las familias. Los enfermos en muchos casos no son conscientes de su enfermedad, además de que tienen muy poca adherencia al tratamiento, algo que hace que, en la mayoría de las ocasiones, lo tengan que intentar en más de una ocasión.
El proceso actual, sin esta unidad de larga y media estancia, es el siguiente: cuando se produce un brote el enfermo es ingresado en la unidad de agudos, donde se le administra la medicación y tras unos días vuelve a su casa. «Se necesita un tratamiento terapéutico posterior», explican. «Antes no teníamos nada y ahora, al menos, tenemos la Unidad de Patología Dual de Can Misses, que cuando hay una urgencia tienes a donde ir. Es buena, pero insuficiente. Nos viene bien, pero lo que se necesita es que cuando el enfermo salga de agudos tengan una unidad de media y larga estancia para que se puedan recuperar», señala Colomar.
Además, recuerdan que antes de que se dotara al Área de Salud de este servicio, vivían en un callejón sin salida: «Te presentabas con un problema y te ingresaban en Salud Mental, pero enseguida te ibas fuera porque veían que tenías también un problema de adicción. Te mandan a Adicciones. Inicias el camino de Adicciones y llegaba un punto en el que te decían que había una enfermedad mental y que no te podían ayudar...».