Elena López participa en una reunión entre el Ayuntamiento de Ibiza, Autoridad Portuaria y Marina Ibiza.

Resultaron elocuentes las evasivas de la concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de Ibiza, la socialista Elena López, detrás de quien se parapetó el alcalde Rafa Ruiz, sobre una cuestión que tenía muy fácil respuesta y que, le guste o no, tendrá que acabar admitiendo: las obras de carácter no portuario que no han sido promovidas por Autoridad Portuaria de Baleares necesitan licencia de obras, licencia de actividad y licencia de instalación, permisos que desde el año 99 el Ayuntamiento de Ibiza no puede conceder porque Autoridad Portuaria ha sido incapaz de aprobar la Delimitación de Usos y Espacios Portuarios (DEUP) en primer término ni, en segundo, el Plan Especial, instrumento que es aprobado en última instancia por la autoridad competente en la competencia en urbanismo, el Consell d’Eivissa, previo visto bueno del Ayuntamiento.

Además de lanzar bombas de humo, mintió en varios aspectos, algo que, por desgracia, ya no penaliza a los políticos y que los ciudadanos damos por descontado.

En las conversaciones privadas con algunos actores directos y cuyo contenido no me han autorizado a revelar y en las conversaciones privadas que los autores de las fechorías han mantenido entre sí y que me han contado sin poder revelar su contenido, siempre sobresale un asunto que tratan de convertir en nuclear cuando es tangencial e irrelevante: nuestra motivación.

A la vista de que hay tanto interés en saber qué nos ha llevado a iniciar, según las enfermizas elucubraciones de López, una «caza de brujas contra determinados negocios o empresarios, una campaña que por alguna razón se ha focalizado exclusivamente en algunos negocios de una parte del puerto y sobre todo en una parte de estos negocios» y que, a su entender, «se adivinan muchos intereses delante de las informaciones parciales que se han publicado estos días» porque, sin citarnos, estamos «interesados de manera especial en poner este tema de actualidad», voy a aclarar algunos aspectos al respecto.
Revisando la hemeroteca sobre el plan especial que está actualmente en tramitación para conocer los antecedentes, me sorprendió leer una información del año 2016 publicada, al menos, en el Diario de Ibiza en la que se informaba de «obras ilegales sin el plan»: «Este mismo año, el Colegio de Arquitectos advirtió a la APB de que cualquier edificación en es Martell, por ejemplo, sería ilegal sin la existencia de un plan especial aprobado. De hecho, según esta entidad, antes de realizar ninguna obra de derribo deberían haberse aprobado tanto el Plan Especial como el DEUP, pero ninguno de los dos estaba en vigor en el momento de realizarse las obras.

También la Comisión Informativa del Pepri de sa Penya y la Marina, órgano dependiente del Ayuntamiento de Ibiza, advirtió en un informe de marzo de 2014 de que «la intervención en el espacio del puerto de Ibiza debe respetar la normativa vigente, que exige la aprobación de un plan especial. Sin embargo, la APB no hizo caso entonces de esta petición».

Estupefacto me quedé al leer esta información a la que, por los motivos que sean y no me corresponde a mí explicarlos, no se le dio continuidad.

Nos pusimos manos a la obra y el resultado son las 18 portadas que llevamos sobre el asunto, ya que no solo confirmamos el asunto de es Martell, también que el PGOU exige plan especial para dar licencias.

Me pregunté ¿cómo es posible, pues, que Marina Ibiza haya sufrido una transformación fenomenal, con la construcción de al menos seis edificios de nueva planta, a pesar de la «falta de marco jurídico» admitida por López? ¿Cómo es posible que operen con total impunidad negocios que carecen de licencias de actividad, ya que los usos no están definidos? ¿Cómo es posible que con estos antecedentes Autoridad Portuaria de Baleares, con el voto a favor del alcalde desaparecido, autorice una ampliación de la concesión que incluye un 10% más de edificabilidad fija y una «serie de elementos desmontables» que salta a la vista que no son tal, cuando hemos acreditado que estos incrementos ya habían sido construidos sin cumplir no solo el planeamiento municipal sino la turbia concesión de 2006? Ayuntamiento y APB no nos están poniendo las cosas fáciles para responder a los interrogantes y tiene toda la pinta de que dependerá del interés de la oposición que sepamos algo más.

Prefiero dar por hecho que López no se cree el argumentario fantasioso que ha fabricado el PSOE, partido que hasta engaña en sus comunicados a sus militantes, a quienes informó de que no había expedientes de disciplina urbanística en curso y ahora resulta que hay supuestamente 14, de que se trata de una campaña intencionada de Periódico de Ibiza y Formentera. Eso es el sueño frustrado del PSOE.

En caso contrario, es decir, que ella se haga trampas al solitario y se crea su propia elucubración y que no estamos ante una serie de informaciones periodísticas impecables que han revelado hechos muy graves que dejan en muy mal lugar a los actuales gobernantes municipales, a todos los que les precedieron, a todos los que han callado, y a Autoridad Portuaria, no sé si tanto para que acabe siendo investigado todo este embrollo por la Fiscalía Anticorrupción y/o incorporado al sumario que desencadenó la detención de los cesados Juan Gual de Torrella y Juan Carlos Plaza, ya que aún estamos trabajando en esclarecer y, por lo tanto, publicar hechos más graves todavía, el problema que supone que esta persona gestione el urbanismo de la ciudad sería mucho más grave del que intuíamos.

En lo que sí tengo que darle la razón a Elena López es que se trata de informaciones parciales. Por su culpa y por la culpa de Autoridad Portuaria de no dar las explicaciones que merecemos.

Como acertadamente, le dijo el portavoz de Ciudadanos, José Luis Rodríguez, en el Pleno el pasado jueves «no es una caza de brujas»: «Sra. López, no busque enemigos, busque apoyos».

Y como dijo acertadamente el veterano que ha actuado de cortafuegos Emilio Pérez Echagüe: «Tenemos un problema en el puerto».