La exposición está compuesta por obras de una veintena de artistas muy diversos. | Daniel Espinosa

La directora del Museu d’Art Contemporani d’Eivissa (MACE) Elena Ruiz y el concejal de Cultura i Patrimoni de Vila, Pep Tur, presentaron este miércoles la exposición Focus IV. La reina blanca que se inaugura este jueves a las 17.00 horas.

La muestra toma su nombre de una obra de Isabel Echarri, nacida en la localidad navarra de Vera de Bidasoa en 1929 pero residente en Formentera desde 1966. Entró recientemente a formar parte de la colección del MACE y es representativa de esta creadora a la que ya el museo dedicó la exposición Vida y Muerte en 2012 y 2013.

Según el Ayuntamiento de Vila, a partir de ella los comisarios de la exposición han tratado de buscar conexiones y contextos con otras obras del museo «para provocar en el espectador la tensión de los hilos narrativos, buscando su interés y su complicidad, invitándole a participar activamente en el desarrollo y crecimiento del propio centro»
En este sentido, la directora del MACE, Elena Ruiz, explicó que Focus IV. La reina blanca está dividida en tres bloques muy diferenciados y que «gira sobre la figura femenina».

Además invitó a los visitantes a que conocieran la muestra «poniendo los acentos en la interpretación de las obras desde el punto de vista de los significados».

Bloque 1. Las deidades y la idealización del principio femenino

El primer bloque está compuesto por obras de Ciuco Gutierrez, Stella Rahola Matutes, Vicent Marí, Simone Schander, Gisela Broner, Don Kunkel y la propia Isabel Echarri.

De hecho, su obra La Reina Blanca es la protagonista al ser considerada como «un arquetipo de perfección y realización». Además, según el MACE, al ser «una figura primordial del juego del ajedrez se ha instalado junto a otra obra de la artista navarra, Juego de Ajedrez (vida y muerte)».

También forman parte de esta parte la obra fotográfica Paisaje adorable, donde el artista cántabro Ciuco Gutiérrez representa la figura en terracota de la diosa Tanit que se encentra en el Museu Monografic de Puig des Molins «como diosa del amor con pequeños corazones alrededor y flanqueada por palmeras que son uno de sus atributos y simbolizan la fertilidad».

Igualmente hay naturalezas muertas de Gisela Broner que por primer vez se exponen en el museo «y que están fuertemente ligadas a los significados de las potencias de las diosas dadores y protectoras del ciclo de la vida»; obras de la alemana Simone Schander y del fotógrafo ibicenco Vicent Marí «que representan respectivamente la floración y la fructificación»; y un trabajo de Stella Rahola Matutes «realizado sobre papel carbón y que desarrolla la narrativa del contenedor de vidrio, muy presente en sus últimos tiempos».

Finalmente, todo se completa con la obra Blue Circe del artista estadounidense Don Kunkel, entregada al museo por Carl van der Voort en 1997. En ella se hace una referencia a la bruja que según la mitología griega vivía en la isla de Eea y era hija de Helios y Perseis.

Bloque 2. La figura del artista. La conciencia del ser

En esta segunda parte de la exposición se pueden ver trabajos de dos ibicencos, Adrián Martínez y Antoni Marí Ribas, Portmany.

En este caso la obra de Martínez está realizada en carboncillo sobre la pared con la intención, según el MACE, «de hacer meditar sobre la figura del artista». Lo hace «con un personaje estereotipado y anacrónico, alto y delgado, vestido con levita y sombrero de copa y con larga melena que nos resulta familiar y simpático» que incluye además «historietas que han de leerse de arriba a abajo y de izquierda a derecha sobre sus anhelos y propósitos».

Una obra que se complementa con trabajos de Portmany, en este caso «realizadas con caña y tinta china para dar fe de la vida cotidiana de la Ibiza de la primera mitad el siglo pasado».

Bloque 3. La mujer, imagen e identidad

En el tercer y último bloque se vuelve a hablar de la mujer con piezas de la argentina María Chiesa, la gallega Ana de Matos, Robert Munford, Erwin Bronner, Katja Meiroswky, Joan Semmel y la mallorquina Susy Gómez.

Así, por ejemplo, de María Chiesa se puede ver la creación Anatomía para un romance nupcial (él y ella) donde «se propone una imagen explícita de los cuerpos femenino y masculino como elementos básicos y necesarios para la unión pretérita».

Por su parte, la obra gráfica Sweet Baby de la artista multidisciplinar Ana de Matos, también conocida como DMatos, invita al visitante a dirigir su mirada «hacia la identidad de la mujer y su cuerpo a través de un retrato fragmentado y despersonalizado de una mujer». Algo que hace bordando el papel del soporte de la obra con hilo rojo, haciendo hincapié en el rostro y las extremidades para, según el museo, «poner los acentos tanto en la identidad como en su acción y desarrollo, señalando los impedimentos u obstáculos, como si la mujer se viera obligada a manifestarse sin personalidad en su vertiente social o público».

Otras obras son una pintura de Robert Munford, también dada al MACE en 1997 por van der Voort, y en la que se alude a una escena sexual pero también a un episodio del combate de una pareja; un retrato de Aenne Wittmer realizado por Erwin Broner y que también se expone por primera vez en el MACE; una pintura abstracta de la única mujer fundadora del Grupo Ibiza 59, Katja Meiroswky; y un trabajo de la artista feminista norteamericana Joan Semmel, que ha sido restaurada y expuesta por primera vez en el museo.

Finalmente, este último bloque de la exposición lo cierra A danza da vida, un trabajo realizado por la mallorquina Susy Gómez para su exposición en 2017 en el MACE. En ella, la artista propone «bailar con un velo para celebrar conscientemente la vida, entendiendo que el velo es símbolo femenino y también símbolo de revelación del secreto y del sagrado, del acceso al conocimiento».