La nueva manifestación motorizada de la plataforma Useiri varió ayer su trayecto y llevó sus reivindicaciones a Jesús y Puig d’en Valls, además de su habitual recorrido por Vila. En esta ocasión la cifra de vehículos participantes no alcanzó los 25. | Irene Arango

Un total de 23 vehículos participaron este sábado en la movilización de la plataforma USEIRI (Unión de Sanitarios por la Equiparación de la Indemnización por la Residencia) para solicitar el mismo plus de insularidad que se percibe en las islas Canarias, Ceuta y Melilla. La marcha partió a las 12,15 horas del párking de tierra situado junto al centro de salud de Vila, en la avenida 8 de Agosto.

Uno de los portavoces de la plataforma, el enfermero de Can Misses Juan Talavera, achacó este descenso en la participación (en otras convocatorias habían superado los 100 vehículos) a que «hay mucha gente que sigue trabajando y no ha podido venir porque son plantillas mínimas e infravaloradas». Talavera recordó a su vez que «el hecho de hacer estas manifestaciones nos cuesta a todos un sacrificio enorme porque algunos han tenido que doblar turnos para poder venir».

Después de cuatro movilizaciones sin que desde el Govern balear haya dado ningún paso para sentarse a negociar con esta plataforma de trabajadores, el portavoz de los manifestantes destacó que «este Govern debería dimitir desde el punto de vista de los trabajadores, ya que sólo quieren hablar con los sindicatos, y como ya no les creemos, queremos que hablen directamente con los trabajadores».

La movilización de este sábado contó, además de los sanitarios de Useiri, con la participación de guardias civiles, policías nacionales, bomberos y funcionarios de prisiones.

Miguel Torres, portavoz de la Asociación Profesional de Prisiones Tu abandono me puede matar, indicó, por su parte, que el colectivo al que representa «está en una situación límite», ya que hay muchos compañeros «que se tienen que ir de la isla porque con los ingresos que tenemos no se puede vivir». «Los que vienen de fuera», explicó Torres, «no pueden traer a sus familias y algunos tienen que renunciar a su plaza porquie no pueden vivir aquí», añadió.

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Y es que «al que no tiene vivienda en Ibiza se le hace imposible sobrevivir», y esto supone que nunca se lleguen a cubrir las plazas previstas en Ibiza, y las que se cubren «se hace con gente forazada a venir y, al año siguente, se van», recalcó el portavoz de los funcionarios de prisiones.

La Relación de Puestos de Trabajo para la prisión de Ibiza es de 101 personas, y en la actualidad, y desde hace tiempo, como máximo se cubren 89 plazas.

«Hay una rotación que nos afecta al trabajo porque cada año viene gente nueva a la que hay que formar», manifestó Torres, y esta formación la tienen que hacer los propios compañeros sacando el tiempo de su vida privada para que, al año siguiente, vuelva a pasar exactamente lo mismo, por lo que «cuesta mucho hacer una buena labor».

La necesidad de un plus por insularidad es tal «que hasta los propios políticos que se desplazan a Mallorca la tienen reconocida. Hay que pedir lo mismo que tienen ellos», dijo Torres, aunque en este caso en lugar de los alrededor de 20.000 euros anuales en dietas los funcionarios sólo reclamarían alrededor de 300 mensuales.

En cuanto a la posibilidad de adoptar medidas más contundentes como la huelga, Torres apuntó que, con los servicios mínimos, «cuando nos ponemos en huelga hay más gente trabajando que un día normal».