Los vecinos de Formentera que necesitan hemodiálisis tienen que acudir tres veces a la semana a Can Misses. Se levantan muy pronto para que la ambulancia les venga a recoger, montarse en la barca y llegar a Ibiza. | Marcelo Sastre

A las 08.30 puntual como siempre salió el viernes la barca del puerto de la Savina rumbo a Ibiza. En ella, como cada dos días, viajaban los pacientes de hemodiálisis de Formentera que, al no disponer de este servicio en el hospital de la isla, se deben desplazar a Can Misses. Aunque este viernes faltó uno de los tres, Francisco Mayans de 83 años. «Ha ido la ambulancia a buscarlo como siempre, pero nadie ha abierto la puerta», nos cuenta Tato. En los últimos meses, la salud de Francisco ha empeorado y ya solo puede desplazarse en silla de ruedas. El viernes se quedó dormido y acudió al hospital un par de horas más tarde ya que el tratamiento es imprescindible.

El mar estaba en calma el viernes, pero no siempre es así. Hay muchos días al año, sobre todo en invierno, que cruzar es Freus es un auténtica pesadilla. Carlos Tur hace más de cinco años que necesita la diálisis. Al principio podía hacer el tratamiento en su casa, al tratarse de la diálisis peritoneal, pero desde hace más de tres años necesita acudir al hospital.

«Me levanto a las 07.00 horas, la ambulancia viene a recogerme para llevarnos al puerto, cogemos la barca y al llegar a Ibiza otra ambulancia nos traslada al hospital para conectarnos a la máquina durante cuatro horas. Acabado el tratamiento hay que repetir el operativo para volver a casa. La mayoría de días llego tan cansado que solo puedo sentarme en el sofá para intentar recuperarme».

Así explica Carlos cómo es un día de diálisis. Y es que se trata de una rutina agotadora, sobre todo cuando se tiene una salud delicada. Por su parte, Tato cuenta que «el tratamiento produce mucho cansancio y es frecuente que te baje la tensión arterial. Si eso pasa en el hospital o en la ambulancia, ningún problema, pero si te pasa en la barca, nadie puede ayudarte».

El pasado mes de noviembre, el Parlament aprobó por unanimidad dar luz verde a la reinstauración del servicio de hemodiálisis en el hospital de Formentera, pero seis meses después, nadie sabía nada ni de fechas ni de cómo se va a hacer. Tato explica: «Después de que Periódico de Ibiza y Formentera recordara que, seis meses después no había noticias del servicio de hemodiálisis en Formentera, la Conselleria balear de Salud hizo una nota de prensa y vinieron los responsables del hospital a explicarnos que estaban trabajando en ello. Por lo menos, ahora tenemos un poco de información».

El Área de Salud de Ibiza y Formentera manifestó esta semana en nota de prensa que estaban elaborando el proyecto para la instalación del servicio y que ya tenían una propuesta de diseño que había aprobado el Servicio de Salud. Han posicionado 333.707 euros para la puesta en marcha y se han iniciado los trámites administrativos para la contratación de personal especializado y las convocatorias de concursos públicos que permitan la dotación técnica.

Deben adecuarse diversos espacios y eso supone realizar reformas en el hospital de Formentera, lo que genera mucha incertidumbre en estos pacientes, que ven cómo pasan los meses y siguen teniendo que acudir tres veces a la semana al hospital público de Ibiza para recibir un tratamiento vital.

En este sentido, Tato manifiesta: «Ya sabemos lo que pasa con las obras: se sabe cuándo empiezan, pero no cuándo acaban. Sabemos que el servicio no va a estar disponible mañana, pero si se aplican un poco es posible que para pasado mañana pueda estar acabado». Y es que confía en que el año acabe con el servicio de diálisis en Formentera.

Carlos Tur, por su parte, no es tan optimista: «Opino que hay muchos políticos y pocas soluciones para los ciudadanos. No hay derecho a que tengamos que pasar por este calvario tres veces por semana y hace mucho tiempo que estamos esperando a que se resuelva», explica con resignación Tur.

Cabe recordar que el hospital de Formentera se inauguró con servicio de diálisis en 2007, pero años después se quitó ya que no había demanda asistencial. Sin embargo, la demanda regresó, pero no así el servicio de diálisis y estos tres vecinos de la pitiusa sur tienen que emplear un día entero para recibir su tratamiento en el hospital de Ibiza, con desplazamiento en barco y ambulancia incluido.