La presencia de Abel Matutes Juan en los juzgados de sa Graduada para declarar como testigo levantó una gran expectación mediática a primera hora de ayer. | Daniel Espinosa


«Me llevé una sorpresa muy grande con Rafael (principal acusado del robo) y no tanto con Joaquín (acusado como encubridor). Rafa es un amoral, pero incapaz de concebir un robo. Joaquín es el inductor, el autor intelectual». Estas son algunas de las afirmaciones que la sala escuchó ayer durante la declaración de Abel Matutes Juan, el protagonista de la tercera jornada del macrojuicio por el robo de más de 2,7 millones de euros del Grupo Empresas Matutes, en octubre de 2013.

El empresario y exministro desgranó ante la sala cómo se enteró del robo y cómo gestionó los días posteriores para facilitar la recuperación de buena parte del dinero sustraído de la caja fuerte. La sesión arrancó con el visionado de parte de la entrevista emitida el 7 de abril de 2014 en TEF-Televisió, en concreto el fragmento en el que se abordaba el robo. Matutes ratificó lo dicho en aquella entrevista e incidió en sus sospechas hacia José Joaquín Fernández, al que la investigación apunta como encubridor.

Al igual que en días precedentes, la defensa de José Joaquín acaparó el interrogatorio que incidió en la procedencia del dinero y en el baile de cifras en las denuncias.

Matutes subrayó desconocer la cantidad que había en la caja la noche del robo. Era fin de semana y por esas fechas se estaba cerrando la temporada en los 20 establecimientos que tenía el Grupo en 2013.

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El empresario explicó que la caja fuerte de la sede se utilizaba como una caja de depósito, no había apuntes contables y todavía no se había realizado el arqueo de las cajas de los establecimientos hoteleros. También allí se trasladaba la recaudación de Ushuaïa. Ante la insistencia de Fernando Pamo de la Hoz, letrado de José Joaquín, Matutes remarcó que por aquellas fechas faltaba realizar el arqueo y que las cantidades fueron revisadas posteriormente por la auditora Deloitte. El letrado replicó que el perito vio sombras en las cifras de la primera denuncia y Matutes Juan apostilló haberse leído el informe de Deloitte: «Siempre me leo todo y compruebo que estén conforme».

Baile de cifras
El letrado también le cuestionó sobre la disparidad en las cuantías aportadas por los responsables de la empresa. En un mismo día Vicente Marí Ventura denunció 2,76 millones de euros y Pepe Bonet 990.000 euros. «Yo creo a los dos. Bonet era un cerebro electrónico y Ventura ha hecho un trabajo impecable durante 40 años», concluyó Matutes.

Posteriormente el interrogatorio se dirigió hacia los acusados, que eran agentes del Cuerpo Nacional de Policía . Matutes remarcó que Rafael trabajó como guardaespaldas en su etapa de ministro. «Rafael era incapaz de algo así y sigo pensando que fue inducido y cayó en la tentación. Para mi, Joaquín es el autor intelecutual. Él tiene mentalidad de delincuente».
El empresario subrayó que la que trabajaba para la empresa era la mujer de Rafael: «Era la guardesa de noche y tenía derecho al piso. Desconozco si Rafael conocía la existencia de la caja, pero la podría haber visto».

Respecto a cómo fue la recuperación de parte del dinero, Matutes argumentó que denunciaron una primera cantidad para «ir apretando» a los acusados. «Sabíamos que había más dinero pero no estaba cuantificado». En este punto el letrado cuestionó la actuación policial. «¿Cómo es posible que la Policía le devolviese 1,7 millones si ustedes habían denunciado 990.000 euros?», preguntó el letrado. «No lo sé. Es buena pregunta para la Policía», respondió Matutes, en una testifical que se prolongó durante poco más de una hora.