Equipo de música requisado a los organizadores de la fiesta ilegal de Can Tomàs. | Policía Local Sant Antoni

Al menos una de las alrededor de 300 personas que asistieron el pasado sábado por la noche a una fiesta ilegal en una casa de Can Tomàs, en Sant Antoni, estaba contagiada de coronavirus, según ha podido saber el Periódico de Ibiza y Formentera. Se trata de una joven, todo apunta que de origen italiano, que tuvo que ser atendida en un primer momento por los propios agentes de la Policía Local en el lugar de la fiesta al dar evidentes síntomas de estar bajo los efectos de alguna droga.

La joven se encontraba tirada por el suelo y únicamente emitía sonidos guturales mientras movía el cuerpo espasmódicamente. Tras comprobar su estado, los agentes pidieron una ambulancia, que la trasladó al hospital de Can Misses. Allí, entre otras cosas, se le realizó una PCR que resultó positiva, por lo que tras darle de alta en el hospital fue trasladada al hotel puente para seguir con su seguimiento por la Covid.

Desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera confirmaron que se estaba realizando el rastreo de los contactos estrechos de la joven, aunque confirmaron la dificultad que conlleva este caso ya que se basan en la declaración realizada por la propia paciente, por lo que poder hacer un rastreo lo más completo posible depende de su voluntad de colaborar. Asimismo, reconocieron que al tratarse de una fiesta multitudinaria es difícil que pudiera identificar a muchos contactos estrechos.

Casi sin filiaciones

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El desalojo de la fiesta ilegal se llevó a cabo por seis agentes de la Policía Local de Sant Antoni y dos de la Guardia Civil, que ante el gran volumen de asistentes al evento privado sólo pudieron tomar la filiación de los organizadores y de unos pocos participantes.
La regidora de Gobernación de Sant Antoni, Neus Mateu, anunció ayer que había mantenido una reunión de urgencia con el departamento de Actividades para actuar contra los organizadores de la fiesta ilegal, «que es el que podrá sancionar de una manera más contundente porque hay pruebas suficientes para demostrar que es una fiesta ilegal».

Mateu reconoció que la falta de oferta de ocio nocturno, además de disparar el número de botellones en el municipio, está haciendo que se detecte un notable incremento de fiestas ilegales en viviendas. En este sentido, señaló que las últimas detectadas este fin de semana, la de Can Tomàs y la de Sant Mateu, «han sido multitudinarias y con mucha organización detrás», e incluso se ha detectado que hay empresas detrás de estos eventos.

Soluciones

La concejal de Gobernación de la Villa de Portmany insistió a su vez en la dificultad que tienen desde el Consistorio para poder hacer frente a este tipo de fiestas «porque no podemos entrar en la propiedad». Por eso, informó de que ya se habían mantenido reuniones entre todos los concejales de Gobernación, los jefes de las policías locales y el Consell d'Eivissa «para ver si podemos aunar esfuerzos y ver qué soluciones son las más indicadas para actuar».

«Si no hay una modificación de normativa no se puede entrar en las viviendas», subrayó, por lo que ya se está trabajando en un borrador conjunto entre las administraciones de la isla para remitirlo al Govern para tratar de dar una solución a esta problemática, que pese a no ser nueva si que se está disparando esta temporada.