La Asociación de vecinos de La Marina piden que se limpien de manera más periódica y eficiente las calles del barrio, y han convocado una limpieza de las calles La Marina y de Sa Xeringa por parte de vecinos y comerciantes el próximo jueves a las 11 horas. | Toni Planells

El presidente de la Associació de vesins de la Marina, José Vaquer, se queja de que el problema de la limpieza en su barrio es un «problema endémico» en su barrio. Por ello, esta asociación vecinal ha convocado un acto de protesta cívica para este próximo jueves día 26 a las 11.00 horas, coincidiendo con el horario de apertura de los comercios de la zona. La protesta consiste en la limpieza de las calles de la Mar y de sa Xeringa por parte de los mismos vecinos y comerciantes de la zona. «Pagamos impuestos y tasas de recogida de basuras, pero si queremos ver nuestras calles limpias tenemos que ocuparnos nosotros», expresa la nota que el presidente de la Asociación de vecinos de la Marina ha repartido a vecinos y comerciantes de su barrio.

Créditos: Toni P.

Problema endémico
Hace 15 años que la Asociación de vecinos de la Marina se puso en marcha. Vaquer asegura que «durante todo este tiempo, todos los alcaldes han recibido un memorándum. En todos los memorándum hemos venido hablando del tema de la limpieza y sigue siendo un punto importante hoy en día, 15 años después. Es un problema crónico y endémico», afirma. El presidente de la asociación atribuye el problema, «aparte del incivismo de muchas personas», a que «estas calles solo se baldean una vez por semana, mientras que otros lugares como, por ejemplo, Vara de Rey o la plaza del Mercat Vell se baldean día sí y día no». Y se pregunta: «¿por qué en estas calles, Carrer de la Mar y Carrer de la Xeringa, no?». La respuesta que ha venido recibiendo Vaquer por parte del Ayuntamiento de Eivissa es que «estas calles tienen unos pilotes que impiden el acceso a la máquina barredora», pero el presidente de la asociación sigue cuestionándose: «¿Por qué no se levantan esos pilotes para que pase la máquina de rodillos?». Sobre la persona que hace los baldeos de manera manual, Vaquer asegura que «comienza en la Plaza de la Constitución, hace la Calle Aníbal y cuando llega a sa Xeringa se le acaba la manguera y se va», ríe mientras vuelve a preguntarse «¿por qué no le ponen una extensión a la manguera?» y apunta a que el estado de la plaza de Sant Elm hace sospechar que tampoco se baldea.

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Responsabilidades
Ante el capítulo de las responsabilidades, Vaquer admite que «hay mucha densidad de población y es verdad que habría que estar limpiando siempre por que la gente es incívica, pasean a los perros y no retiran los excrementos, etc. ¡Pero estamos para plantear soluciones!», afirma. Precisamente, sobre las soluciones, el presidente tiene claro que «si no puede entrar la hidrolimpiadora o la limpiadora de rodillos por los pilotes o por el bache de la acera, que lo levanten y lo reformen». Y amplía su lista de soluciones a que «también pueden añadir un tramo más a la manguera manual si no quieren entrar con la hidrolimpiadora o la limpiadora de rodillos». Vaquer se atreve a proponer una solución atrevida: «Que dejen de cobrar tasas de basura y limpieza y que una ordenanza diga que cada uno limpie su calle; en Holanda lo hacen así. Entonces, la asociación contrataría un servicio privado, y no te preocupes que seguro estará todo limpio».


Ana, comerciante de la calle de la Mar ironiza con la propuesta de limpiar ellos mismos la calle: «¡Si es lo que hacemos siempre!». Y es que cada comerciante de esta calle se encarga cada mañana de limpiar la parte de la calle donde se encuentra su negocio: «Esta mañana mismo [por ayer] he tenido que tirar varios cubos de agua con lejía en la esquina de siempre». Nadia, otra vecina, se refiere a la que hay junto al cajero de La Caixa de esta calle: «Cada día aparece totalmente meada», se queja. «No solo aguas menores, cada día amanece lleno de suciedad, también de aguas mayores», matiza lo menos escatológicamente posible el presidente de la asociación.

Créditos: Toni P.

Otra reivindicación de los vecinos de la Marina gira en torno al estado de las aceras y del alcantarillado. El presidente reivindica que el desdoblamiento del alcantarillado de pluviales y fecales en las calles de la Mar y de sa Xeringa, una reforma que, tal como afirma Vaquer, lleva pendiente «desde que Lourdes Costa era alcaldesa. Hay que hacerlo ya, es una necesidad urgente». Sobre el estado de las aceras, señala distintos puntos en pocos metros: «Esa rejilla con el socavón le hizo un esguince a la tía de Nadia, y no es la única». A pocos metros señala una tapa de alcantarillado, que al pisarla se balancea: «Esto para arreglarlo; sólo hay que ponerle un taco de goma aquí», se queja. Sigue señalando baldosas hundidas y rotas que suponen obstáculos peligrosos para quién pueda tropezarse con ellos. «Es una calle comercial que se ha dejado degradar y degradar». Y aunque la principal denuncia gira entorno a la limpieza del barrio, el presidente considera que «si el sitio está limpio y arreglado la gente lo respeta, pero que si el el sitio es una pocilga se llena todavía más de porquería», concluye.