Una fiesta ilegal en Ibiza.

El conseller balear de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, admitió ayer que «cuesta» atajar el problema del llamado «turismo de excesos o de borrachera» y aseguró que ese será uno de sus «retos principales» para las próximas temporadas, con el objetivo de mejorar la calidad en determinadas zonas turísticas de Baleares.

Negueruela consideró que este verano no ha sido como otros años respecto a las imágenes de ese «turismo de excesos o de borrachera», sino que ha estado «mucho más controlado». «Si pusiéramos imágenes en cualquier destino probablemente encontraríamos imágenes complejas y complicadas también», aseguró el conseller en una entrevista concedida a Europa Press.

«El esfuerzo y la apuesta es evitar el turismo de excesos en esas zonas demarcadas por la normativa autonómica, que es específica para acabar con ese tipo de turismo y que el año que viene cobrará plenamente vigencia una vez pasado el Covid», avisó.

Cabe recordar que, a principios del año pasado, el Govern balear aprobó el Decreto-ley 1/2020, de 17 de enero, contra el turismo de excesos para la mejora de la calidad en zonas turísticas de Baleares. «Es una norma bastante dura», enfatizó Negueruela.
El conseller puso en valor el esfuerzo que se está haciendo por parte de las empresas de las zonas para la reconversión del destino y trasladó el apoyo del sector público para trabajar con ellos en esta dirección. «Trabajaremos para que según qué tipo de imágenes no se vuelvan a producir», remarcó.

Pese a la normativa ya aprobada, Negueruela consideró que los fondos europeos también deben permitir a las islas acometer reformas en las zonas maduras e intentar dar ese salto importante en determinadas zonas de Palma de Mallorca o de Ibiza.