Yoa y su arte. Las obras de la pintora Yoa Covas están inspiradas en fotografías antiguas de la colección privada de José Luis Mir y del Arxiu d’Imatge i So des Consell d’Eivissa. | Arguiñe Escandón

La pintora Yoa Covas (Ibiza, 1967) ha inaugurado una exposición de acuarelas en el Bar Ca n’Anneta que puede visitarse hasta este domingo. La titula Aires d’ahir i de sempre porque «está basada en fotografías antiguas de nuestra isla que están en nuestras raíces y nuestra genética, y nos tenemos que acordar tanto de lo bueno como de lo malo de nuestra historia».

Las obras están inspiradas en fotografías antiguas de la colección privada de José Luis Mir y del Arxiu d’Imatge i So des Consell de Ibiza. «Son fotografías que no son las postales típicas ya vistas y prefabricadas, sino que son más espontáneas y originales», explica la artista.

Estampas costumbristas
Son 29 acuarelas que representan estampas costumbristas comprendidas entre los años 40 y 70 del siglo XX, donde generalmente se ven payesas realizando actividades cotidianas.

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Por ejemplo, en Clot de marès se observa a una payesa paseando al lado del Clot de Marès, situado en lo que es actualmente la calle Progreso de Sant Antoni, en donde se están extrayendo piedras de marès y al fondo se ve la iglesia. Otra de las fotos, Sa bogada, representa a una niña lavando ropa dentro de un llibrell de barro de la época, que se utilizaba para las tareas domésticas y que «muestra cómo en la sociedad de entonces incluso los más jóvenes colaboraban en las actividades cotidianas».

Recopilación de información
Tras la creación de las acuarelas hay un exhaustivo trabajo de recopilación de información de imágenes que ayudan a definir los cuadros, ya que, según indica la pintora, «muchas de estas fotografías están muy oscurecidas o destruidas, lo cual hace que no puedan observarse detalladamente las imágenes». Por ello, recurre a sus propios «recuerdos o a los de su madre, o a veces a imágenes de internet para tener referencias más reales».

Después de escoger la foto, la amplía en el ordenador para observar el mayor número de detalles y aproximarse lo máximo a la realidad, para que las personas que vean las fotos puedan recordar esos lugares que ella recrea pictóricamente.

Para realizar la obra necesita escoger una foto que le guste y le llame la atención, «porque, además de la mano para realizar la foto, se necesita que la acompañe el corazón». Son de color sepia para recordar el color envejecido en el que se convierten las fotos antiguas desgastadas por el paso del tiempo, un color conseguido a base de la mezcla de varios colores y pintados con diversas gradaciones sobre papel Arches de 300 gr.